jueves, 31 de marzo de 2011

Incestuosamente


Dice una de mis compañeras de piso que nuestra casa es claramente un hogar incestuoso. Refiérese ella a la burbujita de bella hermandad que hemos creado, y no al hecho de haberse enrollado con el flatmate nuevo.

Incesto: culturalmente consiste en la práctica de relaciones sexuales o el establecimiento de vínculos de parentesco entre individuos previamente relacionados entre sí de esta manera. (Wiki dixit).

Y yo, que estoy obsesionándome con Freud, recuerdo eso que dice en Totem and Taboo sobre el por qué del incesto: ¡al libro os remito hombre ya! Es una teoría estupenda; en tan sólo un párrafo te explica el origen de la Sociedad, la Religión y la Justicia, del Tabú del Incesto, de los Tótems, de la Exogamia, la Monogamia, los Mitos y los Rituales. ¡Viva! Yo no estoy muy de acuerdo con Sigmund - en ciertas cosas - pero reconozco que es genial. Y me encanta que él mismo se considere el tercer gran individuo de la Historia de la Ciencia, detrás de Copérnico y de Darwin. Qué majo Freud.

Volviendo al tema de mi casa... la compañera que dice lo del incesto (griega) es fiel seguidora de Jung, no de Freud. El inglés que toca el piano fue mi iniciador en el mundo freudiano: me obligó a leerme "The Uncanny" y ya no pude parar. El otro inglés, el que sale con la griega jungiana, no se ha decantado, a él lo que le gusta es cuidar el jardín. La otra griega y el inglés del piano me han prohibido someterme a hipnosis (suerte, les digo yo) y la alemana, como siempre, está desquiciada y acaba de pedir una beca colosal a su universidad para que ella (fonóloga) y la griega que no toca el piano (realizadora de documentales) se marchen unos meses a un recóndito paraje nigeriano para hacer cosas allá, la una relacionadas con algún dialecto fonético africano y la otra para rodar un nuevo documental (ahora está con uno sobre danza peruana). El inglés que toca el piano quiere marcharse a Francia para hacer un doctorado sobre los postmodernistas y Kant (pobrecito mío) y cada noche vemos Peep Show juntos, aunque hace varios díos que se unen casi todos los demás. La griega que toca el piano acaba de comprarse un piano nuevo y suena de lujo. Ella y su novio se encierran en su cuarto y, mientras ella improvisa melodías, él dibuja lo que la música le inspira y graban todo el proceso y luego nos lo enseñan.

La verdad es que menuda casa excéntrica.

Hemos votado y al parecer (no puede ser) yo soy la menos normal después de la alemana, lo que significa que desde que la griega pianista se ha arrejuntado con el inglés jardinero (en realidad trabaja en una ONG) se ha vuelto menos esquizoide y más tratable, pues en encuestas anteriores siempre quedaba justo detrás de la alemana. Me niego a este segundo puesto, puesto que no soy ni la mitad de freak que ellos.

Los adoro.

3 comentarios:

Jorge dijo...

Una preciosa y bella familia.

En mis tiempos de compartir piso recuerdo a una alemana con tendencias depresivas que miraba una y otra vez un documental sobre patatas, y a un gallego que solía encerrarse con su novia en el lavabo para hacer competiciones sobre a cual de los dos le olía peor la caca.

En ese piso no llegué a nueve meses y no, no los adoré en ningún momento.

Anónimo dijo...

Bien!!!!!
Un buen número de personajes, un poco de embrollo, poco específicas las descripciones y nos cuesta un poco hacernos con cada uno de los personajes, pero vamos tomando situación. Los tenemos a todos viendo la tv, conviviendo en un piso, y compartiendo sus aptitudes para la música, la filosofía y el arte. OK. Ahora hay que ponerlos en conflicto y ya tenemos la historia. Ya sabe que lo que vende son las drogas, el incesto, el sexo, mucho sexo, la violencia y las enfermedades. Le va a quedar una cosa superventas intragable, pero también se aprende lo que no se debe hacer.

Un saludo rubiales

BELMAR dijo...

si...