jueves, 14 de julio de 2011

Enfados estivales




¿Qué tal Lu?


Esta pregunta, tan fácil, tan típica, tan educada, que nadie me la haga hoy. Aviso.


¿Que qué tal?


Pues mira, súper bien.


Entraba a currar a las 10.30 pero mi jefe me pidió ayer que le acompañara, empezando a las 9, a Oxford (desde donde se lleva la tienda online, creo que ya lo he repetido sietemillonesdeveces) porque el otro día compraron la librería de alguna universidad y al parecer había muchos libros en español y pónme un poco de orden porfa.


MENTIRA




50% libros en italiano


45% libros en alemán


2% libros en francés


1% libros en portugués


1% libros en catalán


1% libros en español


Eso sí, las cuatro cajas en español conforman una colección acojonante de clásicos e inéditos españoles e hispanoamericanos. He sido bastante comedida y sólo me he quedado con los Gómez de la Serna.


Ha sido el día más aburrido de mi vida. Además, en los almacenes de Oxford apestaba a atún, porque los ingleses son unos guarros con unos dientes horrorosos.


A la vuelta me ha tocado sentarme en la parte de atrás de la furgoneta = donde van las cajas = yo me mareo hasta en los aviones = súper bien. Porque al parecer un cliente tiene prioridad sobre un trabajador. Ok, que te cubra el cliente el sábado, seguramente yo no podré porque seguiré echando la pota tras tanto traqueteo infeliz y gratuito.


¿Que qué más?


No quedaba bacon caliente y lo único que se podía desayunar en la cantina de Oxford era un bocadillo de bacon crudo y frío. A la hora de comer justo se habían acabado las jacket potatoes y sólo quedaban paninis que después de ser aniquilados en el grill quedaban hechos un fistro, reducidos a una laminita que sólo ha conseguido abrirme más el apetito. Habría comido más, pero ha sido en ese momento cuando uno de los ingleses ha decidido esparcir una lata de atún por todas partes menos en su boca. ¡Apestación!

Quiero irme a mi casa.


¡Oh, beca: estuviste tan cerca!

sábado, 9 de julio de 2011

Alegrías estivales


Hoy he retomado el piano. No recuerdo si el cumpleaños de mi padre es hoy, mañana o pasado. El de mi madre seguro que es el 20. Creo que es el 11. Anyway. Mi fastuosa carrera como concertista profesional se vio auto-truncada cuando en 3º de EGB cambié el solfeo y las teclas por los patines. Muchos años después, hoy mismo, he decidido aprovechar que es sábado, no trabajo y no hay nadie en casa. Es rarísimo. Tengo dos pianos para elegir y he optado por el clavinova de la griega que toca el piano. La otra griega acaba de entrar por la puerta, ya me parecía extraño que esto estuviera tan tranquilito. Llevo dos horas practicando el principio del Ecossaise de Beethoven y tengo mis propios nervios destrozados. Sólo tras recurrir a youtube he comprendido cómo debería sonar esta pieza; ya la tengo bastante domesticada:


(obviamente no soy yo)


Esta semana ha sido un tanto plof. Secretos que una tiene. Pero no me desanimo too much y la vida en Londres continúa. La verdad es que era un plan estupendo, qué rollo que no haya salido.

Primicia:

La griega que toca el piano me hizo hacer una lista con las características concretas, tanto externas como internas, de mi chica ideal. El resultado, dear readers, me ha dejado perpleja: mi chica ideal - aunque tenga el pelo rojo en vez de rubio - es Ro. Por supuesto inmediatamente la llamé y le confesé mi amor recién descubierto y le encantó la noticia, a pesar de estar casada y embarazadísima de su marido. ¡Hola Carlos!

¡Alegrías estivales!