lunes, 28 de julio de 2008

De Conciertos-Picnic y Celebrities in London III


El concepto de Concierto-Picnic es bello como jamás ningún otro lo fue.

Londres tiene parques a patadas, pero si me apuntaran con un dardo y me obligaran a elegir uno, no dudaría en gritar: ¡Hamsptead Heath! Es cierto que en Richmond hay ciervos sueltos, y que tanto Regents como Holland como Hyde Park están en pleno centro central, pero en Hampstead Heath la naturaleza se presenta a los sentidos en estado casi puro, hay dos laguitos (femenino y masculino – chorradas) para bañarse cual Interlaken (Suiza) y además están los conciertos de verano de Kenwood House. Cada sábado un conciertazo.







Hace algunos sábados se celebró el Orgullo londinense (nada que ver con el de Madrid, oye, pero mejor que el de Barcelona, aunque eso no es muy difícil…) y allí que fuimos con el grupete de Stonewall, la charity que vela por los derechos de la comunidad gay y cuyo máximo abanderado es Sir Ian McKellen, Gandalf para los hobbits.

Eso fue por la mañana-tarde, y por la noche conducimos nuestros cuerpazos al concierto-picnic de Rufus Wainwright en Kenwood House. Era la tercera vez que le veíamos, porque una fan es una fan.


Nunca sabremos qué parte de Concierto-Picnic no comprendimos, pero creo que fue la de Picnic. La gente acudía con cestas de mimbre rebosantes de comida rica, manteles de cuadros, vino, sudaderas; y nosotras, tan desastres como siempre, no teníamos ni entrada. Por suerte es difícil quedarse en la puerta, pues el parque es inmenso y el sistema de audio es lo más. Otros de los invitados este verano son Brian Wilson, Diana Krall o Van Morrison. Nivelón.


De modo que así estuvimos, sin picnic y pasando frío, pero la idea de estar en el parque con tus compis haciendo botellón mientras tu cantante preferido no suena por una radio de domingueros sino en directo, me ha cautivado para siempre.


El concierto me permitió además aumentar mi pequeña lista de Celebrities in London, porque entre el público se paseaba, parque arriba y parque abajo, la mismísima Helena Bonham-Carter, actriz que no me cae precisamente simpática y que en la vida real también parece una bruja rara, aunque daba gracia.

viernes, 25 de julio de 2008

Literatura rusa




Desde hace tiempo me dedico a hacer listas de los libros que me leo a lo largo de un año. Hasta el momento 2007 fue mi año más fructífero: 26 libros, en su mayoría novelas de ficción. ¿El que más me gustó?: empate entre White teeth (Zadie Smith), Keep the aspidistra flying (Orwell) y Estupor y temblores (Amélie Nothomb). ¿El que menos?: Pedro Páramo (Juan Rulfo), que por muy clásico y obra maestra que sea no lo gocé como es debido, y nunca he vuelto a pensar en él. Así lo entiendo yo: si tras un leer un libro no vuelves a pensar en él jamás, mal. A veces ocurre que lees un libro que no te ha gustado, pero de vez en cuando te acuerdas de él, y piensas entonces que sí te gustó un poquito, o que quizás no lo leíste en el momento oportuno.

2005 también fue un buen año: 24 libros, aunque hubo más de siete que no me gustaron. Y es que en 2005 mi abuelo aún no había cogido papel y lápiz para demostrarme cómo, a lo largo de toda una vida, una persona como mucho podría leer 7280 libros; y esta conclusión numérica implica dos libros a la semana durante setenta años. Este dato me resultó lo que viene a ser abrumador, y desde entonces no me siento mal si dejo un libro a medias porque me está resultando soporífero.

Este año voy fatal. Desde enero sólo he leído 11 libros. Las causas son varias:

- moverme sin parar y sin sentido de un país a otro, normalmente en compañías de avión de bajo coste o low cost que sólo permiten equipajes de 15kg (bajo pena de 25 euros el kilo extra). A la hora de empaquetar, mi vestuario, que no varía desde hace algunas temporadas, le suele ganar la partida a los libros.

- el estudio discontinuo de Filología Hispánica, que me obliga a saturar mis neuronas de poemas de amor cortés en castellano medieval. No sé si conseguiré ser filóloga, total, ¿por un papel?

- falta de tiempo y/o tranquilidad

- otras cosas (como diría mi amigo Iván Parlorio)


La buena noticia es que una semana de vacaciones en Suecia ha ayudado a equilibrar un poco esta situación que, a puntito de entrar en el octavo mes del año, sentía lejos de controlar. En estos días de gozo y relajación he leído The life and adventures of private Ivan Chonkin, de Vladimir Voinovich. En España fue publicado hace relativamente poco por Libros del Asteroide como Vida e insólitas aventuras del soldado Iván Chonkin. No sé qué tal estará la traducción castellana, pero con la inglesa he disfrutado como una enana.

El estilo y tono del libro son muy similares a los de Tom Sharpe: personajes estrambóticos en situaciones cada vez más enrevesadas, harto fáciles de imaginar como si de una película-cruce entre Woody Allen y Leslie Nielsen se tratase. Ahora, siempre que he leído a Sharpe me lo he pasado bien, muy bien, pero ya está. La historia de Voinovich es tan divertida como las de Sharpe, pero además rezuman ironía y sarcasmo la mires por donde la mires. Supongo que si fuera británica entendería el humor de Sharpe desde la perspectiva de haber mamado de siempre la cultura británica. Pero tampoco soy rusa y las aventuras de Chonkin me parecen inmejorables.

Como siempre, son los pequeños detalles los que me han cautivado. El autor debió es el típico ser humano-esponja capaz de absorber todo aquello que ocurre a su alrededor y plasmarlo por escrito de una manera tronchante que combina naturalidad y absurdo. Las penurias del buenazo de Chonkin en el Ejército Rojo, la administración soviética (purgas incluidas), la ruptura del pacto de no agresión germano-soviético, Stalin, ese tipo del acento tan raro… No puedo con Voinovich, ¡que me lo quiten!

Y hablando de rusos, mi vida es otra desde que hace poco me topé por casualidad con un libro de un tal Daniel Kharms. Ejemplo:

Cierta anciana, por ser demasiado curiosa, se cayó en picado desde una ventana, se estampó contra el suelo y se rompió en mil pedazos.
Otra anciana se asomó por la ventana y empezó a mirar los restos de la primera, pero también, por ser demasiado curiosa, se cayó en picado por la ventana, se estampó contra el suelo y se rompió en mil pedazos.
Entonces una tercera anciana se cayo en picado, y luego una cuarta y después una quinta.
Para cuando se cayo la sexta, estaba aburrido de mirarlas y me dirigí al Mercado Maltseviskiy donde, según decían, habían entregado un chal de punto a un hombre ciego.

Jamás leí nada mejor. La traducción es mía, del inglés. La traducción de la traducción...

martes, 22 de julio de 2008

And the winner is.... ME !!!

Llevo casi una semana de vacaciones en Estocolmo, pero no es de esto de lo que queria hablar. Solo destaco este detalle para explicar por que escribo sin tildes desde el portatil de una amiga de mi novia en cuya casa estamos acampando.

Hace un par de semanas estaba en ese lugar al que voy y hago cosas a cambio de un dinerito (reconozco, sin miedo ni tapujos, que amo la libreria) cuando recibi una llamada telefonica de lo mas satisfactoria. Ni siquiera el vozarron antierotico de la mujer al otro lado de la linea, una espannolaza que debio nacer con un Ducados en los labios, mermo un apice la ilusion y orgullo que de pronto asaltaron mi ser.

Resulta que !por fin! tantos sellos y sobres y parrafos han dado su fruto: he quedado finalista en un Concurso Internacional de Relato Breve. En toda mi vida solo me he presentado a 78392474539 concursos, asi que ni siquiera ganando el primer premio (4000 euros) podria cubrir el gasto acumulado en Correos, porque las distintas bases de los distintos concursos siempre suelen pedirte que envies varias copias de tu cuento y hasta que certifiques el paquete. Pero es igual: !soy finalista! En noviembre van a publicar un libro con los 19 relatos seleccionados para tan artistica ocasion. Asi es Lu. Lu es asi.

Gracias, gracias.

jueves, 3 de julio de 2008

Un buen día

Me encanta cuando en ocasiones me veo en la tesitura de tener que hacer algo que no me gusta y luego va y me encanta. Hoy ha sido un buen día.

Al comenzar mi andadura en la librería me preguntaron a qué secciones me gustaría dedicar más horas. Sin duda contesté Fiction, Linguistics, Travel Writing y Literary Criticism. No lo hicieron, pero de haberme preguntado a qué secciones preferiría no acercarme ni muerta, también sin duda habría contestado Gardening, Sports y Psychology.

Resulta que SKOOB BOOKS es famosa en el mundo entero (bueno, quizás sólo en el UK, o quizás sólo en London… en Bloomsbury desde luego es toda una institución), decía que es famosa por sus macro secciones de Psychology, Philosophy, Classics, Academic Books y Theatre Studies & Plays. Esto significa que el mimo aplicado a estos temas es bastante importante.

¿Que qué ha pasado? Pues que me ha tocado recolocar la sección de Psicología enterita. La verdad es que los libros ya no cabían ni en las posiciones más inverosímiles: había que hacer algo.

Conseguir espacio sin poder deshacerte de ningún libro no es fácil. Menos mal que una es apañá y enseguida lo he visto claro: mover los libros de Criminology a un cajón que me he apropiado como estantería supletoria y tener así dos baldas extras para jugar con Psychology. En total ahora hay dieciocho baldas dedicadas al tema: Introducción a la Psicología, Psicología Infantil, la Mente, la Mente y el Cuerpo, Psicología de la Salud, Estadística Aplicada a la Psicología, Psicopatología, el Comportamiento Humano, Etología, la Percepción, la Memoria, Estudios sobre el Desarrollo, Esquizofrenia, Depresión y Ansiedad, Suputa Madre, Autismo, Desórdenes Mentales, la Personalidad, la Inteligencia, Problemas Mentales, Psicología Cognoscitiva, Psicología Social, el Aprendizaje, Psicoterapia, Gestalt, Psicoanálisis, Freud, Jung y Basta Ya!!! Me lo sé para nota. Y me lo he pasado pipa. Además, ha venido una señora capulla, de esas que se prodigaban en la Fnac y que van a pillarte. Me ha preguntado por los libros sobre la Percepción Aplicada al Aprendizaje y le he dicho:

¿Al aprendizaje social, animal o clínico? Está todo en estas baldas. Si tienes algún problema me avisas, ricura.

Da gusto el cambio de clientela que se advierte entre una gran superficie tipo Fnac o Borders y una librería de segunda mano:

- los clientes te interrumpen si acaso un par de veces en ocho horas. Les gusta descubrir tesoros por ellos mismos, y rara es la vez que te preguntan si quiera donde queda tal o cual sección.

- algunos preguntan, obviamente, pero su tono de voz es suave tirando a inaudible, y entre esto y la mujer que a gritos y con el móvil en la oreja te pregunta que quién escribió el Quijote porque de repente se le ha olvidado, me quedo con los susurrantes.

- si por algún casual no tenemos algún libro (ocurre a menudo), los clientes no se enfadan contigo, ni te amenazan a título personal con no volver jamás a esta tienda porque en la Casa del Libro siempre tienen lo que buscan. Como si mi salario dependiera de gente como tú, subnormal.

- los libros cuestan, como máximo, la mitad de su precio de mercado, y la gente se vuelve loca de alegría. Lejos quedan ya los apuros que a veces me entraban cuando en la Fnac me decían que pagar 25 euros por las Confesiones de un fumador de opio de De Quincey, por muy nueva que fuera la edición, era una pasada. Supongo que sólo querían desahogarse y verter su disgusto en la parte de la cadena empresarial que, desde luego, no podía ayudarles. Yo les miraba con ternura y decía que ya, que menudos cabrones, y les aconsejaba que miraran en http://www.iberlibro.com/ para ver si encontraban una copia de segunda mano a un precio más realista (aunque alguien lo hubiera tocado antes).

¿Por qué en España todo tiene que ser de primera mano? ¿Por qué no triunfan las cosas usadas? Aunque la gente se piense que claro que tenemos mercadillos, seamos serios: los mercadillos tienen casi siempre mierda, y la gente lo sabe. Yo hablo de la segunda mano en general, para todo, no sólo de coches y mini cadenas. A ver si esto del Ebay trae algo positivo de cara al comportamiento humano español, además de mermar los ingresos de las grandes superficies. Lo sé: ¿Y qué pasa con el pequeño comercio? Es quien más sufre, desde luego. Sufre tanto que se muere. ¡No a las grandes corporaciones! ¿Qué son dos euros más? Vale, 1000 euros al cabo del año, pero ¿y tu conciencia?

Trabajar de 10 a 18 es nuevo para mí. ¡Y con una hora para comer pagada! 40 horas a la semana, que en realidad son 35, y haciendo lo que me gusta… voy a llorar, de felicidad.

Al volver a casa en bici me han entrado ganas de celebrar esta alegría, pero como no tengo amigos (buaaaaa) me ha tocado irme sola a un pub del barrio al que hacía tiempo había echado el ojo. Se llama The Pelican y resulta que los jueves tienen el Juego del Dado. Pides lo que quieras y tiras dos dados. Si sacas una cifra mayor que la del camarero, no pagas nada. Si el camarero gana, pagas como siempre. Como estaba contenta he tirado los dados llena de confianza, saboreando ya en mi boca la cerveza rubia portuguesa que me había pedido. He sacado un uno y un cuatro. El camarero ha gritado emocionado, porque según él llevaba toda la tarde perdiendo. Entonces ha tirado y ha sacado un uno y un dos. ¡Tooooooooooma geroma!