domingo, 30 de enero de 2011

Cartas, cartas!

Roci,

Hace un frío de echarse a llorar. O a comer. Hoy me toca trabajar a la intemperie (puesto de libros) y leo a caballo entre Von Kleist y Zadie Smith. En realidad he desayunado un perrito inmenso de salchica polaca (this is not an euphemism) y muchos bombones que me han regalado. He vendido dos posters y por fin me he convertido en cubito de hielo.

Soy un cubito de hielo rubio.

Hay libros que son sólo un relato.

No entiendo las barrigas que gasta la gente.

Hay un tipo que se dedica a vendernos casi cada mes una pequeña publicación (él la llama Libro) sobre la calle de mi bookshop. Cada vez añade algún dato inaudito, como que una vez una paloma voló tres veces sobre el mismo trozo de acera. Pero mi Jefe se lo compra encantado y a la gente del barrio (Bloomsbury) le falta tiempo para coleccionar ediciones.

Al parecer Von Kleist fue un tipo raro que no encajaba nunca, ni dónde ni con quiénes. Hasta el rey se enfrentó con él. ¿Hola? Apago y me voy. No es por compararme (que claro) pero que hasta el rey (de Prusia) te quiera mal implica que casi seguro no tienes que currar 40 horas semanales, diez de ellas a -2ºC en el medio de una plaza con palomas y salchichas.

Hace dos noches durmió en mi cama (con la almohada mala, jeje) mi prometida y tuve una pesadilla horrorosa. Hey Ro, ¿has dormido alguna vez con una férula de descarga en la boca? Seguro que sí: nunca te pierdes ninguna cosa guay.

Ahora soy un cubito de hielo rubio con labios azules. Divina. El italiano que vende paella lleva todo el día sin guantes, ni siquiera de los de plástico finitos que se ponen las personas cuando me tiñen el pelo de blanco. Anoche al volver a casa cicleando me quité un guante, ¡ERROR!, para mandar un mensaje y entré en un estado de hipotermia espantoso. Lo pasé fatal Ro. Como aquella vez que salté para adelante y la chica que jugaba a ser mi espejo saltó hacia atrás (?¿?¿) y se suicidó. Estábamos sobre sendos muros con caídas de dos metros y medio, como mi episodio navideño de la litera. Así de mal.

Lo mejor será que me compre unos churros: me hacen descuento por ser parte del mercado. Cubito de hielo que come churros, me imagino a mí misma en cómic. Nunca hago esto, normalmente me imagino a mí misma como se imagina el protagonista de Tao Lin en Eee Eeee Eee: teniendo conversaciones imaginarias con gente del pasado a la que casi seguro no volveré a ver jamás.

Acaba de llegar mi repuesto. Hacemos turnos de media hora entre todos los workmates (4) para congelarnos todos por igual y vender algún best-seller del infierno. Me voy pa'dentro, con mis churros.

No te olvida,

Lu.


Londres, a 30 de enero de 2011.

sábado, 29 de enero de 2011

Cartas 2011


Querida Ro,

Me gusta mandar cartas. A ti nunca te las envío: porque me debo a los fans. ¿Tú tienes fans? Yo sí. Son gentes quisquillosas que huelen a lo que pueden.

Sigo igual que siempre. Para mi próximo B-Day (cumple) me he propuesto añadir una nueva cosa a mi ya consabida respuesta. Atiende:

- ¿Que tal Lu?

- Súper bien en mi casa, en la bookshop, con Patsy, con los amichis.

Me aburro. Añadir, añadir, añadir. Con el Año Nuevo he ido al banco, me he apuntado a la piscina y fumo menos. Fui a Valencia, comí boquerones y casi muero en un castillo. Sin contar lo de la litera.

¿Has leído a Aristoteles? Yo sólo la Poética, en pitinglis además. ¿Has odiado a alguien alguna vez? ¿Te ha parecido alguien alguna vez tan pesado que hasta te ha dado vergüenza ajena que te hablara aunque no hubiera nadie más delante? ¿Mantienes el poster de Belle Epoque en tu choza de mujer casada y treintañera?

Te diré algo que seguro ignoras: se lleva el moño en las alturas. Y al parecer si no te pintas los labios de negro es como quemar tu carnet de moderna. Yo me compré un Barbour en Bristol, hará dos meses, justo después de volver de Helsinguete (caga y vete). Sí, el Barbour está de moda, pero para mí fue más una cuestión de: superación de traumas. Porque en mi cole o llevabas ese abrigo, el original, y atufabas a toda la clase con la cera apestosa esa de caballo con la que debías untarlo por todas partes, o no eras nadie. ¡Nadie Ro! Alma muerta. Yo siempre fui Lu. Es súper-diver terminar la enseñanza obligatoria bien cargadita de paranoias. Mis padres son profes. Si alguna vez tengo hijos, o si me los regalan, lucharé para que no vayan al cole si no quieren. Que se vayan por ahí, a Australia, a conocer canguros. O a donde más rabia les de.

Tengo una nueva teoría. Y no veas mo me ha crecido el pelo.

Yours forever,

Lu.

Londres, a 29 de enero de 2011.

miércoles, 5 de enero de 2011

Puaj: en contra de la homogeneización.

Ahora que hasta los propios obreros llevan bordado "Tesco" en sus chalecos de obra, tenemos que aceptarlo: el barrio va a cambiar muy pronto. Nos colocan un Tesco Express en tol medio.

Llegué a Clapton hace tres años, cuando las zonas más de moda eran aún Brick Lane y Shoreditch. Dos años después la popularidad subió un poco más al norte, a London Fields y Dalston. En menos de seis meses desde aquel desplazamiento la oleada moderna empezaba a sentirse mucho más arriba, en Clapton Pond. Subían los alquileres, proliferaban nuevos cafés, comercios de bicicletas fixed (sin frenos y con una sola marcha), de zumos naturales...


Así pues, tengo que reconocer que el barrio lleva cambiando unos meses ya. Pero la imposición a la fuerza de un nada necesario Tesco Express en la misma Lower Clapton Road no augura nada bueno. A menos de diez minutos caminando (3 en bici) en dirección Hackney Central cualquiera puede hacer la compra en el macro Tesco 24horas que sin duda, años ha, cuando primero abrió, cambió el paisaje urbano de esas calles que a día de hoy no poseen encanto alguno. Han sobrevivido una pescadería que se las apaña como puede, algún off-license, kebab shops, Pizza Hut, un par de pubs y las casas de apuestas. Ni rastro de los pequeños comercios que a buen seguro antaño hacían de Hackney Central un lugar con bastante más personalidad.

Ha dado igual lo muchísimo que se han volcado los vecinos de Clapton. Los urban planners han acabado concediendo la licencia a Tesco, haciendo caso omiso a las miles de peticiones de todos los que nos negábamos a ver nuestro barrio desprovisto de sus señas de identidad. Con total certeza las docenas de tienditas emplazadas a lo largo de Lower Clapton Road van a verse afectadas en cuanto empiece a funcionar Tesco Express.

No necesitamos esto aquí, gracias. Si es más barato que el resto es porque se lo puede permitir gracias a su política ultramachadora y expansiva. Yo llevo mucho tiempo sin darles un duro. ¿No veis lo fea que resulta Bethnal Green Road? Cero glamour. Culpa del Tesco, pondría la mano en el fuego. ¿De verdad hacen falta dos Tesco Express en Hackney Road? Mirad lo maravillosa que es Stoke Newington High Street, aún sin infectar. Tiempo al tiempo, supongo.

Cuando fui a Cardiff hace un par de años me quedé muerta: sólo tienen lugares comunes. Están todos: Tesco, The Body Shop, McDonalds, Cafe Nero, Nandos, Pret à Manger... Es horroroso. La gente pasa, de verdad no les importa. Yo soy como la amiga plasta que no quiere reconocer que comprando en el off-license gastas mucho más que en el Tesco. Claro que lo sé, y lo prefiero. No, no me sobra el dinero. Sí, compro en Waitrose tan contenta (es una especie de Marks & Expensive, el supermercado más caro y pijo). Compro ahí porque está al lado de mi trabajo donde, por cierto, hay también un Tesco Express. Compro ahí porque Waitrose no tiene un negocio a la vuelta de cada esquina, y en algún sitio tengo que comprar. Pero no en el Tesco.

domingo, 2 de enero de 2011

Mi Lista 2010

Éste fue el orden:

1. El Elefante (Mrozek) - GENIAL.

2. Piano (Jean Echenoz) - Auto-obligarme a leer sólo ruso el año pasado derivó en la adquisición poco premeditada de este francesito al que suelen antalogar con Auster y Vila-Matas entre otros. Ni fu ni fa.

3. Vatzlav (Mrozek) - Obrita de teatro. Me cuesta leer teatro y quedarme muerta. Necesito el teatro en sí.

4. I served the king of England (Hrabal) - No pude dejar de leerlo.

5. Too loud a solitude (Hrabal) - Belleza pero... no sé.

6. Bartleby (Melville) - No tardáis ni media hora en leerlo. Venga va.

7. Far away (Caryl Churchill) - Otra vez teatro. Leer "por amor" no siempre sale bien.

8. Cat's craddle (Vonnegut) - Su recuerdo me teletransporta al 55 (autobús). Debí de leerlo una semana que no cogí a Patsy porque llovía demasiado. Not bad pero not a favorite either. Ciencia-ficción.

9. Bartleby & Co. (Vila-Matas) - Que nunca antes hubiera leído a Vila-Matas supongo que es comparable a no haber leído aún a Bolaño. Ya vooooooooooooooy.

10. The strange life of Ivan Osokin (Ouspensky) - Pocas veces falla un ruso. Y éste además en primera edición maravilloide de Faber. Eterno retorno y Gurdjieff. Suena chusco pero es todo lo contrario.

11. P.O. (Edward de Bono) - Típico ejemplo de polémica perogruyera de esas que me gustan. Cogí mil apuntes y creo que jamás he puesto sus consejos en práctica. Le dicen "psychology", o "business". Go figure.

12. Yo era una chica moderna (César Aira) - Qué bruto es, y qué poco me lo esperaba. Lo recomendé estas navidades y me hicieron caso.

13. Almas muertas (Gogol) - Impresionante. Menuda capacidad para todo.

14. Extro (Alfred Bester) - Ciencia-ficción escrita DE LUJO.

15. Todos mis amigos son superhéroes (Andrew Kaufman) - Recuerdo que el final se lo contaba sin parar a la gente en London Fields. Y gustaba bastante.

16. Fear of flying (Erica Jong) - El libro mejor escrito en mucho tiempo. La tía es bastante petarda y exhibicionista, pero se lo perdono todo.

17. Carácter y neurosis (Claudio Naranjo) - Eneatipos. Fue una lectura a la vez divertidísima y traumática. Gracias Paola.

18. How to save your own life (Erica Jong) - La segunda parte de su autobiografía. Más de lo mismo y tan bien escrito como el otro. Reconozco que la tercera parte, Parachutes & Kisses ya no pude acabarla: saturación.

19. Olivia (Olivia) - No recordar, salvo que me lo leí en la bañera. Romances impuros entre mujeres. Bah.

20. Down and Out on Murder Mile (Tony O'Neill) - Junto con Erica Jong ha sido el descubrimiento del año. Busco desesperada su primera novela, Digging the vein. Ya aparecerá; me niego a recurrir a amazon trabajando como trabajo en un oasis de papel reciclado. Me va a tocar recurrir para el Manual de Literatura para Caníbales (Rafael Reig) y me parece más que suficiente.

21. Historias de San Petersburgo (Gogol) - Sobre todo Diario de un Loco me dejó loca.

22. Junky (William Burroughs) - Ya dije en su momento que no me gustó.

23. Los cachorros (Vargas Llosa) - Se pasa.

24. Sabine (A.P.) - Ésta sí que se pasa, pero al contrario. Bodrio del año. La temática bollero-vampírica y la imposibilidad de saltar de un avión en marcha explican la inusitada lectura completa.

25. La ciudad y los perros (Vargas Llosa) - O lo que pesa un Nobel. Enorme.

26. Vida y opiniones del Lector Malherido - Preguntad a cualquiera de mis amigos.

27. Kronk (Edmund Cooper) - Ciencia-ficción normalilla. Pero yo a Ro la llamo Kronk. O ella a mí, can't remember.

28. The shallows (Nick Carr) - "Crítica" en el post anterior.

29. Correction (Thomas Bernhard) - Ha sido duro, pero debía hacerse. Y volveré a hacerlo.


Ya sé que de los 29 libros sólo hay 3 rusos. Jajaja. Hay otros - rusos o no - que dejé a medias, o casi al principio, como The man in the high castle (Philip K. Dick), Night (Nikitin), The discomfort zone (Jonathan Franzen), Bouvard y Pecuchet (Flaubert; pero volveré a intentarlo, librera), The Wedding (Gombrowicz), el tercero de Erica Jong, Oblomov (Goncharov; estoy en ello), Taras Bulba (Gogol; la letra era minúscula).