lunes, 30 de noviembre de 2009

Vita Nuova

El Año Nuevo me resulta muy lejano. No puedo esperar. Yo empiezo ya. Mis New Year Resolutions incluyen:

1. No salir nunca más.

2. No hablar con nadie (a no ser que me hablen primero)

3. Alimentarme exclusivamente a base de literatura rusa.

4. Limpiar los cuartos de baño (me toca)

5. Otras cosas.

6. ...


Ha sido un fin de semana demasiado emocionante, y hasta aquí puedo leer. He cubierto mi cupo vital de visitar la Tate Modern. Las clases de ruso han terminado y la profe trajo dulces típicos, luego una de mis compañeras ha intentado darme un abrazo de despedida y me ha entrado el frenetismo. ¿Por qué siempre reacciono así al acercamiento físico no deseado? Soy una estrecha. Librera pero sexi. ¿Mi sentimiento de culpa? Bien, gracias; a flor de piel como siempre. Mi eterno compañero de viaje y faenas.


Querida Ro,

Gracias por contactarme después de este silencio que me comía viva. Tu indiferencia me provoca rechazo. Sé que me amas y esas fotos ojo de pez no hacen sino reafirmar estas creencias mías.

Yo también te amo. El otro día esperaba al autobús de madrugada cuando un francés se me adobó malamente con la intención (¡menuda osadía!) de camelarme. Tras descubrir que me dedicaba a la venta legal de libros, y no sin antes echarme en cara no haber leído aún a Dostoievsky, me preguntó lo siguiente:

¿Te has leído ese libro de un chico que le pide el teléfono a una chica?

Te lo juro. ¿Acaso no es la mejor pick-up line que jamás escuchaste? Ni que decir tiene que no le contesté, suficiente esfuerzo fue aguantar el tipo y no descojonarme en su cara como si no hubiera un mañana. La gente se pasa.

Te veo con la prontitud,

Lu


PD: ¿leíste el libro de una chica que no sabe cómo hacer?

lunes, 23 de noviembre de 2009

Hambre

Tengo hambre o, como diría la Nothomb: Superhambre. Hambre de pasear, de ciclear, de que haga sol para poder pasear. De visitar.

El Compi estaba paranoico y me ha tocado sacrificar mi día libre (hoy) para acompañarle en estas horas bajas, en el pub. No quiero beber nunca mais.

Inés viene el viernes. Inés es como Ro, pero no hablo de ella, aunque hablo con ella mucho más que con Ro. Es lo más.

Voy a Madrid con la prontitud. Belleza.

Mañana me toca ir al hospital de los ojos. Están rojos, que no dolorosos. Lo achaco al hecho de llevar casi cuatro semanas bañándome al seguir mi ducha rota. Sospecho que no me aclaro del todo. No sólo mi pelo (rosa-salmón) es víctima de ello, mis ojos sufren, y yo con ellos.

domingo, 15 de noviembre de 2009

El Barrio

Librera sersi

Me muevo por allí como si fuera mi barrio. No tengo barrio. Tengo varios barrios. Uno de ellos es el Este londinense, you know, Hackney, Clapton, Bethnal Green, Shoreditch... el moderneo.
Como buena librera sersi de ideas fijas cada domingo suelo protagonizar el mismo paseo desde mi hogar en Claptonshire al puesto de momos nepalíes en el Sunday Market de Brick Lane. La actividad me ocupa entre una y dos horas, dependiendo de las paradas espontáneas que se me ocurran por el camino.
Clapton es un vecindario chungo que se caracteriza por los fatales tiroteos entre pandilleros y por estar un poco too much al norte, a tomar por el nasti. Una tarde veraniega mi flatmate Alemana fue asaltada por trece quinceañeras que querían quitarle el móvil. Ella tardó lo que viene a ser cero-coma en dárselo, pero una de las chavalas, harto decepcionada tras comprobar el tamaño XXXL del mencionado celular, decidió pegarle un buen mamporro en todo el moflete. La Alemana, ingenua y alemana a más no poder, no daba crédito a lo sucedido y sólo quería comprender, pero cada vez que les preguntaba "But why did you hit me???" recibía un nuevo puñetazo. Se comió cinco y le quedó la cara hecha un poema. El Barrio.
Un poquito más al sur de Clapton está Hackney, otra barriada chunguerris pero mejor comunicada con el resto del planeta: tiene Overground, que no metro, y por norma general los domingos no funciona. Lo ideal es seguir el carril bici que empieza en la plaza del ayuntamiento de Hackney y el cual te lleva al centro pasando por bellos parajes.


London Fields

London Fields es un parque maravilloso que nada tiene que envidiar a los Meadows de Edimburgo. Cuando el sol brilla se llena de jóvenes - en su mayoría malditos desviados - bastante atractivos y en diversos estados de seminudismo. Gozoso. Y las barbacoas abundan.


Broadway Market

Al final de los Fields llegamos a una de mis calles favoritas, Broadway Market, repleta de cafés lindos, restaurantes internacionales, pubs con sunday roasts premiados y sí, gente guapa y moderna. La calle no dura más de unos 200 metros, cruzas el Regent's Canal y te topas con Lock 7, una cafetería-bicicletería regentada por bolleras no modernas majísimas (nótese que no he dicho "pero", la modernidad y la majez son cosas distintas que nada tienen que ver entre sí... muerte a los modernos). Mi querida bici Patsy nació allí.


Caminando dirección sur sin parar, y dejando Haggerston Park a la derecha , encontrarás la granja: Hackney City Farm. Animalicos, restaurante con manteles de picnic y alimentos cultivados allí mismo, distintos talleres artísticos para pequeños y no tan pequeños, reparación de bicis... Es una visita obligatoria.


Ya estamos en Hackney Road, una suerte de calle en curva eterna que comunica Cambridge Heath con Shoreditch; pero no queremos avanzar por ella sino cruzarla allí mismo, a la altura de la granja para extasiarnos ante el Flower Market de Columbia Road (domingos 8am-4pm). Avanzar entre flores y arbustos en hora punta, o con bici, puede llevarte un rato largo. No tengas prisa. Tómate un café en alguno de los establecimientos tan cucos, o una pizza calzzone en The Globe.






De Columbia Road a Brick Lane hay cinco minutillos de ná. ¿Quién no conoce Brick Lane a estas alturas del cuento? It's the place to be, to show off, to meet, to die. A rebosar no, lo siguiente. Españoles e italianos encabezando el reparto. Por algún motivo la circulación de coches está permitida y los atascos humanos son infinitos. Flanqueando la vía por ambos lados hay puestos, legales e ilegales, con todo tipo de cachivaches, prendas, bicis robadas, libros, discos, muebles, caca. Los managers de algunos de estos top-manta chick tienen una pinta de andrajosos fina, pero no suele faltar a su vera un Mac con conexión a facebook.


















A mí lo que me gusta es el barullo, ver a la gente - aunque la mayoría de las veces vaya sola - y comprarme una bandeja de ocho momos en el puesto de Nepal. Sentarme en un banco con desconocidos y mirar la vida pasar. Fumarme un cigarro, tomar un café y leer mi libro. Ahora mismo estoy con T Zero, de Calvino.

Mi Vida Social parece que comienza a despegar y últimamente nos juntamos sin venir a cuento el Peluquero de Mallorca y otros españolitos de pro para hacer la ruta del Shoreditch del Borracho: George & Dragon, un pub gayer decorada a la horror vacui, con cabeza de caballo móvil incluida. La camarera morena es famosa por su exagerado friendliness... not.















A 50 metros del George, también en Hackney Road, está el antrazo de la noche por excelencia: el Joiners. Gratis y abierto hasta las 4 de la mañana. Música infernal, muchachos que se tocan y alguna que otra bella salpicando el macherío. Soy FAN.

PD: no sé el por qué de la separación entre párrafos, las fotos cada una a su aire. Yo lo había dejado todo bonito pero el ordenador me odia y ha quedado así. Jo.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Actualizaré por ser mi cumple...

Tengo un flatmate inglés que es una monería. Se parece a Pumuki no, lo siguiente. La pena que me provoca su inminente marcha - sin billete de vuelta - a la India no es pequeña. Tiene 23 años pero está hecho todo un hombrecito. Serio y pillo a la vez: una monería. Sale lo justo, es más bien casero, siempre cocinando sus curries y cantando con calcetines desparejados. Llevaba un mes insistiéndome sin tregua para que fuera con él a una de las Late Nights del Science Museum. Decirle que no habría sido bastante cruel...

... Llamadme Cruella... Mwjaa Mwjaa Mwjaa (risa maléfica).

La historia ésta terminaba a las 22 horas, y entre que yo salía a las ocho de trabajar, biciclear hasta South Kensington etc, iba muy justita. El "destino" además quiso que cinco minutos antes del cierre se presentaran unos abueletes árabes con unas ganas de regateo que pa qué. A la Australiana y a mí, que llevábamos siendo Súper Libreras desde las diez de la mañana, las fuerzas nos flaqueaban sin rechistar y les decíamos que sí a todo, sólo queríamos irnos al pub y fumar como locas. Pero los abueletes no hacían más que entretenerse y obviar nuestros ruegos/órdenes: "son más de las ocho, hacemos caja y au". Uno de ellos, tras superar el berrinche inicial de equivocarse al suponerme alemana, decidió culparme a título personal por todo eso de la Reconquista. Para él no había episodio histórico mundial más injusto. También a esto le decía que of course, of course, mira que les mandé un feisbuk a Chabeli y Fer Catholics advirtiéndoles "Os pasáis", pero nada, ellos reconquistaban la península sí o sí.

Por fin nos sentamos en el pub la Australiana y yo y fue bello. Después me fui al barrio a otro pub con el Compi, que hoy libraba y es mi vecino, y fue bello también. Llegué a casa dispuesta a devorar nutella, pero una de las Griegas se me había adelantado. Y es que había reunión de flatmates en su cuarto y, como suele ocurrir en estas ocasiones, las bananas con nutella conformaban el menú.

¿El motivo de la reunión? Que no tenemos ducha, a.k.a. pronto moriremos todos, pues el plato de ducha lleva más de medio año goteando e inundando la cocina. Esta semana los plomos se han fundido dos veces y resulta evidente que en breve alguien va a electrocutarse (o el techo se nos caerá encima, la mancha de humedad crece y crece cual mancha de humedad que crece sin parar). El Casero no hace más que mandarnos chapuzas de su familia que no saben más que untar las baldosas del baño con silicona. Ahora mismo está de vacaciones en Pakistán y hasta que vuelva en dos semanas somos un B&B sólo con bañera. Ya me he negado a pagar la renta completa este mes. Ja!