jueves, 27 de marzo de 2008

La felicida-a-a-a-a-a-a-ad

Magny me llama a su despacho. Acudo presta con mi bloc y mi pilot. Me siento frente a él dispuesta a apuntar órdenes y justo le llaman al móvil. Mientras habla con un tal Paco va apuntando en un bloc una lista harto larga. Termina la conversación, arranca la hoja del bloc y me la da. "Ponme con toda esta gente por favor". Miro la lista y efectivamente hay 76576 nombres de machos poderosos. Y llega el momento. Levanto la vista de la lista, le miro a los ojos y me saco de encima aquello que me corroe: "Magny, llevo aquí dos meses y no quiero continuar". El tío ni parpadea: "Muy bien, está muy claro, si nos dejas unos pocos días para que encontremos a otra persona...". Interrumpo aquí: "Sí claro, dos semanas". "Vale, muchas gracias. Pásame con toda esa gente por favor".

Más claro, caldo de asilo. ¡Soy Libre! ¡Pongo a Sonsoles Espinosa/David Bowie/Sharon Stone por testigo que jamás volveré a aceptar un trabajo como éste! (ojalá pueda ser cierto)



Y la pregunta es: ¿Cómo debo interpretar ese "está muy claro"? Sé que ni siquiera debería pensar en ello, ¿para qué darle vueltas? Pues porque me aburro, por el bien del blog, porque es inevitable hacerlo, etc.

Posibles interpretaciones:

a) Me ha quedado muy claro lo que me querías comunicar

b) Estaba muy claro que te pirabas

La segunda opción da mucho más juego, así que a continuación expondré los motivos por los que debía de estar tan claro que yo, aquí, no:

1. La informalidad de mi atuendo. A pesar de las camisas planchadas, el estilo mercadillo rara vez me abandona. Tan contenta.

2. El despliegue sobre mi mesa de libros relacionados con el primer curso de filología hispánica.

3. La mala cara natural que me sale cuando requieren mis servicios en horas fuera de trabajo (y en horario de oficina también)

4. Mi habitual postura en la silla, con las piernas enteramente sobre ella, un pie apoyado en el asiento y el otro vertical también apoyado. Reconozco que no sabía cómo describr esta postura y he llamado al Tercer y Cuarto Socio para que me regalaran su opinión sobre el asunto. La definición es del Tercer Socio.

5. La colección de piñones y piedras no preciosas (para partirlos) que suelen invadir mi mesa. Es una de mis aficiones a la hora de comer: salir a coger piñones.

6. La poca seriedad que me caracteriza en general, que alcanza su máximo esplendor cuando me toca hablar con otras Secretarias y me refiero al Magnate como "Rafa", a secas. Todas las demás utilizan la lengua standard pro-jefe: Don Fulano Apellido Apellido quisiera saber si tal o cual; ¿sería posible ponerse en comunicación con Don Pepito Grillo Grillo? Y yo: "pues ahora Rafa no está, ¿te cojo algún recado?" El empleo de esta jerga chunga me ha ayudado a comprender cómo ciertas Secretarias aceptan que su correo electrónico sea, por ejemplo, secretariade(apellidodesujefe)@algo.com

7. Mi cara de aburrimiento sumo imposible de esconder cuando algún Socio me cuenta los
avances de su hijo al golf o cómo el viento no ayudó mucho en la regata del fin de semana pasado Ibiza-Altea.

8. Mi consumo desenfrenado de galletas príncipe, que compro sin parar haciendo uso indebido de la tarjeta de la empresa.

Bueeeeeeeeeeeeno, dos semanitas más y si os he visto...

(Aplausos)

Gracias, gracias


jueves, 20 de marzo de 2008

Jugando a ser Don Juan Manuel

La Anécdota de Hoy me la presta una buena amiga de Edimburgo que nadie sabe cómo ni por qué ha terminado aquí, en Madriz. El amor, supongo, puede con mucho (no con todo). Al igual que moi, se dedica a pasar llamadas y a llevar agendas y, en definitiva, a cobrar por no hacer nada como secretaria. Reconozco que ella debe ser muchísimo más intelegente que yo, pues sólo trabaja cuatro horas por la tarde, no hace ni el huevo y cobra 100 euros netos menos que yo. No pierde TODO el puto día como otras.

Como buena lectora-esponja que me gusta creerme, relataré la Anécdota de Hoy emulando al Conde Lucanor y a su consejero, Patronio.

"Un día fablava el Conde Lucanor con Patronio, su consegero, en esta guisa:

- Patronio, un amigo vino a mí et díxome que los omnes non son eguales entramos, ca unos son más notables et unos otros menos. Et por el buen entendimiento que vós avedes, ruégovos que me digades lo que vierdes que me cumple de fazer en ello.

- Señor Conde Lucanor - dixo Patronio - para que fagades en esto lo que yo cuido que vos más cumple, plazerme ía que sopiéssedes lo que contesció a una muger que passaba muchos trabajos en la su oficina.

Et el conde le preguntó cómo fuera aquello.

- Señor Conde Lucanor - dixo Patronio - una muger passaba muchos trabajos en una oficina, et el rey dela oficina fiava se mucho dela muger. Et porque non puede ser que los omnes que alguna buena andança an que algunos otros non ayan envidia dellos, otros travajadores daquel rey avían muy grant envidia dela muger et trabajávanse dela buscar mal con el rey, su señor. Et trajeron
unos vassos novos et mostráronlos a la muger et dizíanle que eran novos et nobles. Et como la muger tovo set cogió un vasso pora bever. Et quando los demás omnes aquesto vieron, adereçáronse pora dondel' rey estava y dixéronle cómo la muger bevía de los sus vassos novos et nobles et cómo la muger penssaba que era egual quel' rey. Et castigaron al rey que defendiera su onra et el rey lo fizo et mató a la muger et esto plogó mucho a todos los demás omnes.

Et al conde plogó mucho desto que Patronio le consejó et fízolo assí et fallóse dello muy bien."

Y el mundo funciona de la misma manera desde los tiempos oscuros y medievales. Y si hay vasos nuevos en la oficina y se te ocurre usar uno, por algún lugar saldrá el imbécil pelotero de turno que te aconseje mamarrachadas insultantes tipo "sería mejor que dejáramos los vasos nuevos para las visitas y los jefes y nosostros, los mierdas, nos apañemos con los antiguos que están más rallados".

?????????????????????????????? Et esto le ocurrió a mi compi el otro día.

¡La gente está fatal! ¿Cómo pueden tener el cerebro tan centrifugado? he optado por escupir al próximo que me diga convencido que no todos somos iguales, y que por ende unos merecen beber de unos vasos y otros de otros.


Ésta soy yo el verano pasado en Zarautz.

viernes, 14 de marzo de 2008

Si Lope de Vega levantara el tiesto...

¿Será que eso del "ni come ni comer deja" me va como anillo al dedo? Porque, lo reconozco: si llaman, porque llaman, y si no llaman, porque no llaman.

El conflicto reside en la cantidad obscena de horas que paso en la Oficina (de 9:30 a 19:30) sin hacer nada más que rellenarlas lo mejor que puedo. Leo, escribo, veo Lost o cualquier otra cosa, interneteo horas y horas, estudio... Es muy chungo mantenerse ocupada tantas horas día tras día. Es un infierno.

Esto dicho, me pongo de muy mala leche cuando dan las 19:30 (las 15:00 los viernes) y justo me llama Magny o el Segundo Socio y me piden que haga algo. Es insoportable. Pero también lo es el que llegue la hora de irse y no haya llamado nadie en las últimas seis horas y media. Cuando esto ocurre me siento más estúpida que nunca por no haberme marchado a mi casa a la una y media. Pero claro, ¿cómo voy a saber yo si llamarán o no? He aquí la tragedia: por si acaso me tengo que quedar (y porque por eso me pagan). Y si no me llaman me pongo histérica, y si me llaman es para mandarme algún quehacer fuera de horario y me pongo histérica. No hay solución pacífica.

Ahora hablemos del viernes. Es triste (a la par que genial) ver cómo los viernes las demás oficinas cumplen a rajatabla lo que se denomina "Jeans Day". Resulta que el viernes los asalariados pueden abandonar sus habituales tonos grises y el maniqueísmo dinámico que Mango y Zara postulan. Entonces los pasillos se llenan de mujeres y hombres mucho más sonrientes y cómodos enfundados en sus vaqueros impecables y sus camisas menos formales (metidas por dentro). Pocos se atreven, eso sí, con un calzado más informal.

Yo, como todos sabéis, he dejado bien claro en mi Oficina que hasta duermo con las All-Star (de palo), que en cuanto me siento se me ven unos calcetines a rayas poco discretas en general, que las camisas, aunque planchadas, jamás me las meteré por dentro, y que, lógicamente, cuando mis únicos pantalones de raya diplomática están lavándose, secándose o esperando a ser lavados, me toca plantarme los vaqueros. Sea viernes o martes. Pero qué chula soy.

jueves, 13 de marzo de 2008

Que te sea leve...

Menudo gustazo escuchar tales palabras por boca de mi colegón el Mensaka. Nos "conocemos" desde hace un año más o menos. Él era el mensajero en la productora donde yo trabajaba antes, y al comenzar esta nueva aventura absurdo-laboral me lo traje conmigo.

Pues bueno, esta mañana le he llamado porque mis amados superiores necesitaban hacer llegar paquetes y sobres varios a distintos lugares de la Comunidad del PP. Y, raudo cual mensajero en moto, Mensaka se ha personado en la Oficina dispuesto a lo que hiciera falta. El Segundo Socio (SS) y yo justo estábamos terminando de preparar el último paquete: sólo quedaba imprimir una etiqueta cuca con los datos del destinatario.

Pobre Mensaka. Claro, al decirle lo que nos faltaba para terminar él ha calculado un par de minutos como mucho. Pero yo, que tengo al SS más calao que ná, he previsto quince. Y he ganado.

La cara de Mensaka era un poema mayor que el de la mujer de Rajoy sobre el andamio. Miraba al SS desconcertado y yo notaba cómo se iba desesperando por momentos. Y es que SS primero ha hecho 300 millones de pruebas para imprimir la etiqueta correctamente, luego no estaba seguro de si pegarla centrada en el sobre o en algún margen lateral, y después ha insistido en explicarle a Mensaka cómo se llegaba a la dirección del destinatario (a pesar de que el pobre trataba de decirle que iba allí al menos una vez a la semana). Cuando SS ha empezado a referirle cómo le dolía la cabeza porque hoy se ha levantado algo molesto y se ha tomado un ibuprofeno que ha comprado en una farmacia de camino a la Oficina sin darse cuenta de que ya tenía una caja que había comprado el otro día cuando estaba jugando al golf y notó un leve dolor de cabeza y tuvo que dejar a su mujer sola con los hoyos y marcharse a la cafetería del Club de Campo para pedir una aspirina pero no tenían y... Mensaka ha huido como un cobarde, aunque no sin antes dedicarme un muy sentido "Que te sea leve".

En ocasiones me planteo si SS no será en realidad un holograma con el que alguien harto malvado pone diariamente a prueba mi capacidad de aguante. Ejemplo de Comunicación Interpersonal:

EMISOR: SS
RECEPTOR: Yo misma
CANAL DE TRANSMISIÓN: A voces por el aire
CONTEXTO: la Oficina
MENSAJE APARENTE: Sofía, ¿tú sabes cómo se abre este fichero?
MENSAJE DESCODIFICADO: Lucía, deja de hacer lo que estés haciendo, ven a mi despacho y mira cómo trato de abrir este fichero repetidas veces sin éxito. Llama entonces al Informático y pregúntale qué podemos hacer.
RESPUESTA APARENTE: Voy, un momento.
RESPUESTA DESCODIFICADA: Te odio.

lunes, 10 de marzo de 2008

Señores, ha sido horrible, hasta nunca

Noto que cada vez me queda menos para pronunciar tan bella sentencia. Momentos estelares de hoy:

1. SS me pide que me busque la vida para encontrar un e-mail en el Correo de Magny (al que tengo acceso) que ni sabe de cuándo es ni cómo se llama. Sólo sabe que en él aparece un gráfico con los precios de unas viviendas en Rivas. Tardo en encontrarlo unos segundos, ante la molesta estupefacción de SS, quien había supuesto que tardaría horas dada la complicación intrínseca de la tarea.

Estando él delante se lo reenvío a su Correo y le digo "Ya está".

Tres horas después me pregunta a gritos desde su despacho que si se lo he enviado ya. Sólo porque nuestro Servidor de Correo da problemas algunas veces he aplacado mi ira, respirado profundamente y le he preguntado: ¿No te ha llegado?. Y qué me contesta él: Ah, no sé, es que aún no he abierto mi Correo.

ENTONCES-POR-QUÉ-NO-LO-ABRES-PRIMERO-SUBNORMAL-Y-COMPRUEBAS-SI-ESTÁ-ANTES-DE-SEGUIR-DESTROZANDO-MIS-NERVIOS!!!!!!!!!!!

miércoles, 5 de marzo de 2008

Secretarias haciendo tonterías

¿Sabes eso de "me encanta el olor del café recién hecho por la mañana"? Mi equivalente sería: me encanta la visualización de las facturas frescas por la mañana. Es indescriptible el subidote que te entra cuando Magny deja caer una bella lluvia de facturas y recibos recientes sobre tu mesa. Soy mucho más feliz ahora que sé que se ha gastado 320 euros en la compra de dos cinturones (cada uno 160 euros) en Loewe. Yo estoy intentando garrapiñar al máximo en mi búsqueda de billetes baratos a Amsterdam. Como la ida/vuelta supere los 100 euros no puedo ir.
¿Cómo es posible que ayer me pidiera el Segundo Socio que concertara una reunión con un tío el día X, que le llame, que me diga que le viene bien a tal hora, que le pregunte al Segundo Socio si le viene bien, que lo compruebe en su agenda y me diga que sí, que pasadas unas horas me pregunte (el Segundo Socio o SS) que a qué hora de qué día habían quedado, que se lo repita, y que al día siguiente (hoy miércoles) me llame para volver a preguntarlo? ¡Yo vi cómo lo apuntaba! ¡Se lo he dicho tres veces! ¡¿Es una broma o qué?!

Sigo con el SS: me encanta cuando viene a mi mesa a encargarme cualquier parida que con una frase queda clara pero que él sólo es capaz de comunicar con cuatro párrafos bien lentos. Pero me encanta más aún cuando se dispone a volver a su despacho y empieza a hablar sólo (¿quizás él piensa que continúo siendo su interlocutora?) comentando cómo ahora va a llamar a Carlos Teruel y después mandará un e-mail a Carlos Palomino. Un día debería ir yo por la Oficina explicando a nadie en particular que voy a llamar a Inés y que no se me puede olvidar que más tarde he quedado con Ana Moreno Collado.

Con todo, podría concluir que la mañana de hoy ha sido provechosa. Ha venido Magny un poco antes de las 10 y NO HA PARADO de llamarme para que yo llamara a no se quién y le fuera pasando llamadas. Así toda la mañana. Y esto no es una queja, ¿eh?. Para esto sí que fui contratada, este sí es mi trabajo. ¿Que si me jode estar haciendo esto en lugar de ver los tres últimos capítulos de la tercera temporada de Lost, con lo apasionante que está? Sin duda, pero también con tanto quehacer el tiempo se ha pasado volando. Esto no quiere decir que esté contenta, si acaso que veo más claro que nunca que esto no me pega nada y que tengo que huir como sea. Si alguien me quiere enchufar en algo mejor: ¡por favor! Si no ya seguiré buscando.

No puedo despedirme por hoy sin comentar el rollismo que supone hacer este trabajo (hoy que lo he hecho). Entiendo que es normal y que así son las cosas pero... ¡por supuesto que tengo un Pero!: menudo infierno que el teléfono no pare de sonar; menuda mierda de mundo en el que chicas que seguramente valemos mucho más nos dedicamos a pasar llamadas y concertar comidas para nuestros jefes, los machos encorbatados; y menuda gilipollez que me llame Magny para darme el teléfono de alguien a quien yo debo llamar para pasárselo luedo a él. Que sí, que lo entiendo, que para esto se tiene secretaria, para no perder ni un segundo de tu tiempo en hablar con otras secretarias o en caso (harto normal) de que la otra persona no pueda ponerse y haya que dejarle una nota... Lo que pasa es que todo esto ya me ha producido gastroenteritis, y antes de que la urticaria se apodere de mi cuerpzao debo dejarles y no volver a hacer esto nunca más.

PD sobre mi gastroenteritis: ni Magny ni SS me han preguntado qué tal estoy, sólo SS me ha dejado saber lo mal que les vino que me pusiera enferma justo el otro día, porque hubo una reunión súper importante aquí y el chófer de Magny tuvo que ocupar mi puesto. Enseguida se ha percatado de la cara de pocos amigos que se me había quedado y se ha disculpado a su manera: "no, si no te lo digo yo, es que Magny lo comentó". Menudos cabronazos.