viernes, 14 de marzo de 2008

Si Lope de Vega levantara el tiesto...

¿Será que eso del "ni come ni comer deja" me va como anillo al dedo? Porque, lo reconozco: si llaman, porque llaman, y si no llaman, porque no llaman.

El conflicto reside en la cantidad obscena de horas que paso en la Oficina (de 9:30 a 19:30) sin hacer nada más que rellenarlas lo mejor que puedo. Leo, escribo, veo Lost o cualquier otra cosa, interneteo horas y horas, estudio... Es muy chungo mantenerse ocupada tantas horas día tras día. Es un infierno.

Esto dicho, me pongo de muy mala leche cuando dan las 19:30 (las 15:00 los viernes) y justo me llama Magny o el Segundo Socio y me piden que haga algo. Es insoportable. Pero también lo es el que llegue la hora de irse y no haya llamado nadie en las últimas seis horas y media. Cuando esto ocurre me siento más estúpida que nunca por no haberme marchado a mi casa a la una y media. Pero claro, ¿cómo voy a saber yo si llamarán o no? He aquí la tragedia: por si acaso me tengo que quedar (y porque por eso me pagan). Y si no me llaman me pongo histérica, y si me llaman es para mandarme algún quehacer fuera de horario y me pongo histérica. No hay solución pacífica.

Ahora hablemos del viernes. Es triste (a la par que genial) ver cómo los viernes las demás oficinas cumplen a rajatabla lo que se denomina "Jeans Day". Resulta que el viernes los asalariados pueden abandonar sus habituales tonos grises y el maniqueísmo dinámico que Mango y Zara postulan. Entonces los pasillos se llenan de mujeres y hombres mucho más sonrientes y cómodos enfundados en sus vaqueros impecables y sus camisas menos formales (metidas por dentro). Pocos se atreven, eso sí, con un calzado más informal.

Yo, como todos sabéis, he dejado bien claro en mi Oficina que hasta duermo con las All-Star (de palo), que en cuanto me siento se me ven unos calcetines a rayas poco discretas en general, que las camisas, aunque planchadas, jamás me las meteré por dentro, y que, lógicamente, cuando mis únicos pantalones de raya diplomática están lavándose, secándose o esperando a ser lavados, me toca plantarme los vaqueros. Sea viernes o martes. Pero qué chula soy.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Baramonaaaa

Harto bello, no puedo decir más ná.

Esta noche iremos al chinillo a cenar, don´t forget it my love.

Un achuchón con toques de polytoxi