jueves, 13 de marzo de 2008

Que te sea leve...

Menudo gustazo escuchar tales palabras por boca de mi colegón el Mensaka. Nos "conocemos" desde hace un año más o menos. Él era el mensajero en la productora donde yo trabajaba antes, y al comenzar esta nueva aventura absurdo-laboral me lo traje conmigo.

Pues bueno, esta mañana le he llamado porque mis amados superiores necesitaban hacer llegar paquetes y sobres varios a distintos lugares de la Comunidad del PP. Y, raudo cual mensajero en moto, Mensaka se ha personado en la Oficina dispuesto a lo que hiciera falta. El Segundo Socio (SS) y yo justo estábamos terminando de preparar el último paquete: sólo quedaba imprimir una etiqueta cuca con los datos del destinatario.

Pobre Mensaka. Claro, al decirle lo que nos faltaba para terminar él ha calculado un par de minutos como mucho. Pero yo, que tengo al SS más calao que ná, he previsto quince. Y he ganado.

La cara de Mensaka era un poema mayor que el de la mujer de Rajoy sobre el andamio. Miraba al SS desconcertado y yo notaba cómo se iba desesperando por momentos. Y es que SS primero ha hecho 300 millones de pruebas para imprimir la etiqueta correctamente, luego no estaba seguro de si pegarla centrada en el sobre o en algún margen lateral, y después ha insistido en explicarle a Mensaka cómo se llegaba a la dirección del destinatario (a pesar de que el pobre trataba de decirle que iba allí al menos una vez a la semana). Cuando SS ha empezado a referirle cómo le dolía la cabeza porque hoy se ha levantado algo molesto y se ha tomado un ibuprofeno que ha comprado en una farmacia de camino a la Oficina sin darse cuenta de que ya tenía una caja que había comprado el otro día cuando estaba jugando al golf y notó un leve dolor de cabeza y tuvo que dejar a su mujer sola con los hoyos y marcharse a la cafetería del Club de Campo para pedir una aspirina pero no tenían y... Mensaka ha huido como un cobarde, aunque no sin antes dedicarme un muy sentido "Que te sea leve".

En ocasiones me planteo si SS no será en realidad un holograma con el que alguien harto malvado pone diariamente a prueba mi capacidad de aguante. Ejemplo de Comunicación Interpersonal:

EMISOR: SS
RECEPTOR: Yo misma
CANAL DE TRANSMISIÓN: A voces por el aire
CONTEXTO: la Oficina
MENSAJE APARENTE: Sofía, ¿tú sabes cómo se abre este fichero?
MENSAJE DESCODIFICADO: Lucía, deja de hacer lo que estés haciendo, ven a mi despacho y mira cómo trato de abrir este fichero repetidas veces sin éxito. Llama entonces al Informático y pregúntale qué podemos hacer.
RESPUESTA APARENTE: Voy, un momento.
RESPUESTA DESCODIFICADA: Te odio.

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