sábado, 25 de septiembre de 2010

Cartas a Diana

Querida Diana,

Te pasas un mogollón. De bella y de plebeya. Ojalá menos gente fuera como tú, las superficiales terminan cansándome. Anoche tuve un sueño, bastante ñoño, será mejor que no te lo cuente. Ibas con tu bici sin pedales y te reías de las castañas. Dabas miedo, te lo digo. Me desperté con un sobresalto que pa qué y ¿adivina? No quedaban cornflakes. Ni leche. Ni siquiera era mi casa, aunque ya tenía media cocina fregada. Volví a despertarme y no he abierto los ojos todavía, no vaya a ser que sea jueves. Los jueves me toca ordenar los peluches, cepillarlos y bautizarlos. No es un bautizo católico, de hecho la ceremonia se parece más a un puerro, verdiblanco y alargado. Por favor no me pidas que te lo explique. ¿Por qué siempre vas de rosa chicle? Te pega.

Con cariño real,

Lucía.


Londres, a 27 de junio de 2010.

2 comentarios:

andrea dijo...

Esto es muy bonito...se me han quedado los ojos acristalados.

Feliz semana!!

MadHatter dijo...

Nada más aterrador que alguien riéndose de las castañas... Me encantan tus micro posts