jueves, 16 de octubre de 2008

¡Lo sabía!

Cierta persona me envió ayer un vídeo del discurso que el fundador de Apple y Pixar dio en alguna graduación de la Universidad de Stanford. Gracias, cierta persona. Creo que ya lo había visto, pero igualmente lo agradezco: me ha hecho muy feliz. Y no porque necesite que alguien que ha llegado a ser "algo" me diga (a mí personalmente no, pero me doy por aludida) que hacer lo que te gusta, o esa bella sensación de seguir a tu corazón, es la única opción coherente en la vida. ¡Lo sabía!

Si supiera hacer eso de pegar hipervínculos, o hipertextos, o whateva se llame, pondría aquí el link del vídeo para que lo viéseis; pero como soy una troglodita de las nuevas tecnologías debo limitarme a hacer publicidad gratuita del Youtube y a resumir aquí y ahora lo que este "alguien" dijo a los universitarios de pro antes de que hicieran la gilipollez o americanada esa de lanzar el birrete por los aires y sentirse dichosos:

Lo que viene a decir es que él no fue a la universidad y mirad lo bien que le ha ido. Que no quiso perder su tiempo con asignaturas bodrios a la par que obligatorias que nada le aportaban, y que optó por apuntarse a clases de diseño caligráfico o algo así. Diez años después nacía el Mac con esos detalles tan preciosos que le diferencian de Windows. Y luego cuenta más cosas de su vida súper emocionante. Una vida marcada por el no venderse ni tener miedo a seguir corazonadas que no tienen pinta de llevarte a ninguna parte, pero que quizás en un futuro sí te sirvan para ser feliz y rico. Al menos, en el peor de los casos, serás feliz. Bla, Bla, Bla.

Y yo... pues bueno: soy feliz. No tengo ni idea de qué hacer con mi vida, ni dónde, ni con quién, pero soy feliz entre libros. En Londres, en Madrid, en Edimburgo o donde haga falta. Nunca tengo un duro y en cuanto logro juntar cuatro perras me las pulo en un Viaje Necesario. Me gusta pensar que TSB (todo saldrá bien) y que en un futuro más o menos próximo abriré mi propia librería-café o seré la nueva Jeanette Winterson. Pero, si no lo consigo, aquí seguiré, en alguna librería recomendando y descubriendo tesoros.


Es un gustazo acordarte de un libro que siempre habías querido leer, ir a la estantería, encontrarlo y llevártelo a casa prestado. Alguien me dijo que si disfruté con Vida y aventuras del soldado Chonkin (Vladimir Voinovich) entonces me lo pasaría pipa con El buen soldado Schweik (Jaroslav Hasek). Di con él enseguida y me estoy descojonando de lo lindo; me voy a Pekín 20 días en noviembre, a casa de una amiga que me ha recomendado empaparme de literatura china antes de ir y ya tengo junto a mi cama La montaña del alma (Gao Xingjian), Cisnes salvajes (Jung Chang) y Black walls (Lu Xinwu). Todavía no he conseguido Viaje al oeste (Las aventuras del rey Mono) porque me ha dicho el Dueño que vendió las dos únicas copias que teníamos a Damon Albarn el año pasado. El mes que viene se estrena en el West End londinense un musical sobre el cuento con libreto de Mr. Albarn.


Termino este atractivo post hablando de Then we came to the end (Joshua Ferris). Lo vi las navidades pasadas en la Fnac como Entonces llegamos al final, pero no le hice mucho caso. Sin embargo, el otro día cayó en mis manos una uncorrected proof copy de ese libro y decidí llevármela a casa. Bueno, menuda joya. Muy poco convencional en la forma de narrar y temática coñazo: el día a día en una oficina. Sin duda es el libro autobiográfico que me habría gustado escribir, pero debo conformarme con mi pequeño blog sobre el Magnate y el Segundo Socio, que también tiene su gracia.

3 comentarios:

Mangamoncio dijo...

Si la gente pensara como tú, habría muchas más personas felices por el mundo. Siempre hay que hacer en la vida lo que uno quiere hacer realmente. Cueste lo que cueste.

Jorge dijo...

Animado por tu entrada decido que ya a siendo hora de leer las aventuras de Svejk. Así que voy a la librería. No está. Bueno, pues lo pido. Y eso he hecho. Y ya lo tengo. He ido a un bar a tomarme una cerveza y leer los primeros capítulos. Y viene la pregunta, ¿cómo he podido vivir tantos años sin haber leído este libro? Maravilloso. Uno de los pocos (junto con Tristam Shandy, el club Pidcwick, Quijote y Gargantua) que me está haciendo reírme a carcajadas.

Lo de montar la librería café... bueno, si quieres un socio o un empleado avísame. Y lo de ser la nueva Jeanette Winterson... bueno, sé tú, pero amarra a los marineros náufragos con el haz de luz de un faro.

La universidad está sobrevalorada (yo no la he acabado y aquí estoy, tan feliz) y trabajar entre libros es uno de los mejores trabajos del mundo. Y gastarse los cuatro duros en un viaje vale la pena. Mañana ya veremos.

Resumiendo, gracias a ti ahora también lo se.

A sus pies, chica automática

La chica automática dijo...

Viva viva!