lunes, 8 de agosto de 2011

Final feliz

En Madrid siempre es de noche, tiendo a olvidarlo.

London is home. Madrid was.

I like Madrid, pero siempre es de noche.

Necesito, más que nunca, un mecenas, irme a Alaska.

Cuando me imagino tan agustito en mi cajita de cristal: oh oh.

Estoy leyendo un libro buenísimo, mejor que eso incluso, pero no puedo decir cual es. Es de un ruso, obviamente.

Si la vida no es una película, ¿qué es? No es una película; ni siquiera una tragedia.

A veces es mejor así (no hay nada peor que Haneke's Funny Games). Otras veces ojalá sí estuviéramos en medio de un guión, con final feliz.

Esto del final feliz es muy importante.

Me voy al médico.

2 comentarios:

Coco Capitan dijo...

Este tipo de escritura, tan precis, tan azar, deja espacio a interpretar libremente. Me gusta.
Empiezo a echar de menos las visitas a la librería. Y las croquetas.

Anónimo dijo...

hola lucinda, me alegro que hayas superado los enfados estivales. Los finales felices estan bien para al vida, para una narración no sé.

apretón sin pasarse.