sábado, 21 de junio de 2008

Circulando por Malta


Ciertas críticas constructivas de a quien fatalmente me referí como "único motivo de mi visita a Malta" me han recordado mi intención añeja de escribir sobre ese bello país que visité hace sesenta días.

En Malta, sin coche, estás jodida. Tienes que pasar SIEMPRE por la capital, Valleta, para ir a cualquier lado. Todos los autobuses salen desde allí y en ocasiones resulta bastante frustrante, porque en lugar de tardar veinte minutos tardas hora y media. Al menos, para amenizar el trayecto, los autobuses son de coña:
















- van a cuatro por hora

- no tienen puerta

- están plagados de estatuillas de vírgenes y santos
- los pasajeros malteses se santiguan cada vez que el autobús arranca, desciende por una cuesta o pasa junto alguna de las vírgenes o santos que dominan las esquinas de cualquier edificio

- el timbre de "parada solicitada" es una cuerda de la que tiras y suena un pito ridículo











Los trayectos cuestan 0,47 euros, salvo si necesitas llegar a algún lugar sin parada contemplada, en cuyo caso debes regatear un precio absurdo con el conductor para que te deje en la puerta de donde necesitas ir. Y nadie se queja. (Imagínate, oh lector ensimismado, que vas en el 27 - Plaza Castilla / Embajadores - y pagando 14 céntimos más el conductor se desvía por Génova para dejarte en la mismísima puerta de la Librería Internacional, en la Glorieta de Alonso Martínez. Me parto).

Las carreteras son perfectas si fuésemos cabras, pero un problema en caso de ir motorizados. Con coche la isla debe medir como de Moncloa a Las Rozas, otra cosa mariposa es que esté señalizado. Los malteses no deben sentir necesidad alguna de indicar direcciones, y la conducción para una recién llegada puede ser motivo oportuno de infartos. Añadiré información: por los caminos y carreteras semi asfaltadas tienen la misma prioridad los coches, los autobuses, las motos y los taxis-carricoches tirados por caballos enclenques que sin duda merecen la eutanasia. El hecho de que conduzcan además por el otro lado, como los británicos, se queda en mera anécdota.





No hay comentarios: