domingo, 6 de noviembre de 2011

Penurias y aventurias en la Gran Patraña

Los ingleses, también los escoceses y digo yo que los galeses, no voy a volver a contar lo de la cucharita sucia del te.


En el Reino Unido viven y estudian griegos a puñados. Su acento, en cualquier idioma, es parecidísimo al español y suelen confundirnos a los unos con los otros bastante, si bien es verdad que los españoles somos más famosos y se pregunta más "are you Spanish?" que "are you Greek?". Muy pocos griegos desempeñan trabajos cualquieras de camarero o dependiente, la mayoría está aquí haciendo su primer o segundo o tercer máster, o bien tienen trabajos muy serios, en laboratorios, universidades o corporaciones informáticas.


Los británicos, un porcentaje muy elevado de ellos, se expresan con una claridad, un vocabulario y un control cuasi-demagógico que proviene de haber tenido la BBC desde pequeños. Esto me lo aclaró mi amigo Iván el otro día.


Parece que la verdadera naturaleza de un británico es ser tendero o académico. En ambos casos resulta imprescindible ese don de la palabra que casi todos poseen. Reciclan absolutamente todo, desde tazas y cubiertos a ropa, pasando por libros, cacharros varios, CD's, juguetes o espejos. Hay charity shops a punta pala, y se organiza un car boot sale en cualquier momento y en cualquier sitio. Y todo para acabar ganando 20 libras tras un día entero de compra-venta. Pero es parte de su cultura, pasear por entre mercadillos y volver a casa con un candelabro semi destartalado que, pasado un tiempo, volverá a ser vendido en otro mercadillo o donado a una charity. La segunda mano no es un moda pasajera, si acaso se parece más a una primera fase del Síndrome de Acumulación Compulsiva.


Los británicos son políticamente correctísimos, casi todos y casi siempre. No sé si esto también proviene de haber mamado BBC, pero la flema británica, como suele llamársele, existe. Se consideran dueños y señores del sentido del humor más fino e inteligente de cuantos pueda haber. Personalmente me entusiasma su capacidad infinita para la ironía que parece educada pero pero que en realidad es harto corrosiva. Me gusta menos su creerse a pies juntillas que nadie más, salvo un británico, está capacitado para ser tan inteligente, en el humor en este caso, como ellos. Creen de verdad que son únicos y que dominaron el mundo entero años ha por algo. Resulta una paradoja evidentísima para todos menos para ellos el cómo siendo una cultura tan acostumbrada a tratar con todo tipo de nacionalidades, tan abierta a la inmigración que llega y llega a su isla para aprender su idioma entre otras cosas, ese idioma del que están tan orgullosos que muy pocos se plantean si quiera la curiosidad de aprender uno distinto, tan correctos en general, tan poco exaltados, tan conscientes de las dificultades sociales y políticas y económicas y educativas del mundo entero (hablo de los que leen el Guardian), incluso el más anárquico no se salva de decir en alguna ocasión, con el corazón henchido y boca salivante, cómo su país llegó a gobernar todas las aguas y todos los lares y cómo el inglés se afianzó como el primer idioma del mundo, cómo Londres es la ciudad más importante de Europa y casi del mundo, cómo su cultura es la más rica (ni voy a mencionar las expoliaciones, uy, lo acabo de mencionar) y cómo son tan únicos en general que ni han perdido su moneda ni se han dejado influenciar jamás por ninguna de las muchísimas culturas con las que han entrado en contacto: siempre fuimos y seremos comos somos: excéntricos y creyéndose realmente el ombligo del mundo. A mí me resulta entrañable que se crean de verdad esto, sin plantearse ni por un segundo, ni aún mirando de frente el Royal Pavillion de Brighton, ese edificio horrendo de color salmón que para ellos es "the most wonderful royal pavillion of the world" y clama al cielo lo indiscutiblemente no bonito que es. No distinguen entre la Catedral de Canterbury y algo horroroso: si ambas edificaciones son británicas, ambas son maravillosas, y eso es así. Son muy graciosos en su excentricidad congénita y ciega.



En mi propio mercadillo

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ya se sabe, que los británicos son muy suyos. Ya lo dicen en Downton Abbey.

La Abutrí de Getafe dijo...

Lo sé el tiempo que estuve en London casi fui bipolar por un lado los amaba y por otro no paraban de recordarme los capítulos de Los Roppers.
Ellos son así.
Pero te diré una cosa uno de mis amigos mas fieles es inglés,por h o b es el único que me entiende casi sin que hable.
quizás sea por su manera de ser un tanto extraña y como bien dices tú por su humor ingles.
Besos guapa.

vegasplease dijo...

Antes de venir a UK tenía otra imagen de los ingleses. Gente seria, "exquisita", buena música, Monty Python y eso. Ahora tengo una imagen completamente distinta de ellos, poquitas cosas me gustan del país, no sé si será porque llevo poco tiempo y no me acostumbro, o qué.
P.D. y secreto: A mí me mola bastante el Pavilion, especialmente ahora con la pista de nieve y las luces cada noche (aunque por dentro es extremadamente hortera) :D