lunes, 13 de junio de 2011

Yo era Virginia Woolf


Bastante acertadamente (tiene toda la pinta, y la pinta no lo es todo) mi amigo Maic me ha dicho que debo ser la reencarnación de Virginia Woolf. Ahí lo dejo caer.

A ver, vamos por partes:

Llevo un mes - y cuando digo un mes me refiero a un mes, sin exagerar - levantándome, who knows why, a las 6:27 am. Siempre llevo el móvil adelantado 15 minutos, luego en realidad abro los ojos a las 6:12 am. Me levanto porque sí; la alarma no suena hasta las 8:00. A las 6:27 (a veces 6:28) algo pasa y yo me despierto. Enciendo el móvil - nunca duermo con él encendido - e invariablemente pone 6:27 am. Estaba empezando a asustarme hasta que he decidido que en mi vida anterior fui Virginia Woolf. El asunto de las 6:27 no hace sino confirmar tal suposición (aún no sé cómo lo corrobora pero sin duda lo corrobora).

Sigo:

El viernes pasado tuve que ir a una universidad muy cerca de mi bookshop para comprar (o no) una biblioteca. No era una universidad como tal sino el departamento de Arte y Literatura del Birbeck College. Me ofrecieron buenos libros que ya no querían, en óptimo estado, y yo por mi parte les ofrecí unos cuantos cienes de pounchis y todos tan contentos.

Llovía a mares, el viernes, así que metí los libros en cajas pero los dejé en esa habitación de esa casa en Gordon Square para que no se mojaran de vuelta a la tienda. Entonces hoy, lunes, le he pedido al Compi que me acompañara a recogerlos. De camino, cada cual empujando su carrito, le iba contando lo maravillosa que me había parecido la habitación donde estaban todos los libros, y que ya la quisiera yo para mí. Una vez allí, el Compi me ha dado la razón y miraba la habitación embobado.

Cuando ya teníamos todas las cajas colocadas, listos para partir, hemos tenido esperar a que volviera la encargada del departamento para que nos fuera abriendo las puertas al pasar. El Compi y yo nos hemos puesto a investigar con detenimiento cada rincón de esa habitación magnífica y yo me he encaprichado de un escritorio de madera muy antiguo, y jugaba a abrirlo y cerrarlo e imaginaba en voz alta que era mío y que ese era mi cuarto. En eso ha aparecido la encargada y me dice "¿qué haces?" y le digo "me he enamorado de este escritorio" y me contesta "era el escritorio de Virginia Woolf, de hecho este era su cuarto"....


¿¿¿¿¿PERDONA?????

¡¡¡¡¿¿¿¿ Me estás diciendo que ésta es la Room of one's own????!!!!


Han tenido que despegarme del escritorio con una espátula. Llevo todo el día flipando en colores y hace un rato me ha llamado Maic porque le conté el sábado lo de las 6:27 y me dijo que quizás no ocurría en realidad sino que lo soñaba. Esta mañana, a las 6:27, me he despertado y le he mandado un mensaje tras comprobar que eran las 6:27 y hemos esclarecido que no sueño que me despierto. Maic tiene miedo; pero ha sido él quien ha sugerido que el espíritu (¿qué iba a ser si no?) que me despierta cada mañana a las 6:27 es el de Virginia.

Y todo encaja, porque ha llovido todo el fin de semana y yo no he hecho más que leer libros sobre la esotérica rusa de Ouspensky: su teoría principal se basa en la del Eterno Retorno de Nietzsche: debemos tratar de auto-recordarnos en cada momento, en el presente, aniquilando cualquier atisbo de imaginación, mentira, falacia o identificación. Sólo así podremos llegar a alcanzar una consciencia superior y recordaremos vidas pasadas.

Se pasa; pero está claro que YO ERA VIRGINIA WOOLF.


Virginia Woolf sexy y con tirantes en Field Day, 2010

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