... (y quien me conozca bien sabrá cuán serio es esto)
Hoy tuve que masticar mis míseros sandwiches de queso sin tomate en el mismo banco en el que me quedé roque la semana pasada. Es un fastidio cuando dan las 14.30 y alguno de los socios continua trabajando en proyectos importantes en lugar de irse a comer. Es peor aún cuando se trata del Segundo Socio. Prefiero comer a la entemperie y que entre bocado y bocado me castañeteen los dientes antes que pasar ni un segundo más de lo necesario cerca de ese ser.
No puedo con él. ¿Cómo puede alguien tardar media puta hora en decidirse a apretar el botón de ACEPTAR para imprimir una mierda de Word de cuatro páginas y sin dibujos?: "¿Qué te parece? ¿Pongo más sangría en este párrafo? ¿Quedará bien?"... Por su CULPA ya me he jodido personalmente en varias ocasiones. A saber:
- Un viernes, aún habiéndolo pedido el miércoles, llegué a por mi finiquito en la Fnacaca justo a tiempo para quedarme con mi cheque en la mano frente a la sucursal del banco recién cerrado. A las 12.30 empecé a avisar: "Me voy a ir marchando, que entre que me dan el cheque, lo cobro y lo ingreso en mi banco..." "Sí, sí, no te preocupes, sólo necesito que me ayudes a imprimir cuatro hojitas". A las 13.30 salía disparada rumbo a Callao. Obviamente no me dio tiempo.
- Ayer martes de mi tercera semana lo mismo. ¿Cómo puedes tener a una persona de 9.30 a 19.00 sin hacer NADA de NADA, y cuando a las 19.05 se despide de ti le pides que te ayude a imprimir otra cosita... y tener la conciencia tranquila? No mentí al contestarle que una amiga me esperaba abajo. "Si es un momento, no te preocupes". Al final tuve a mi amiga esperándome treinta y cinco minutos.
A ver, si una tiene que quedarse, pues se queda (igual que a veces me voy antes de tiempo si procede), pero no me parece normal que la ÚNICA cosa que tengo que hacer me la pidan cinco minutos después de mi hora de salida. En serio, es tan absurda esta posición que ni siquiera considero que esté actuando en plan a las siete se me cae el boli. El puto boli está todo el día tirado en el suelo.
Aparte de esta inseguridad enervante, el Segundo Socio destaca también por lo mucho que se queja (he dormido mal, he comido demasiado, estoy agotado de ayer, me duele la cabeza como nunca, no me apetece nada mañana...) y porque JAMÁS se dirige a nadie con un por favor en los labios, para ninguna cosa. Así, frases que con un por favor al principio o al final serían normales se convierten en órdenes sin ton ni son. Es inaguantable. Por no hablar de cuando me llama a su despacho y me enseña las tres mil fotos de su familia el verano pasado en Francia. Jibi total.
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5 comentarios:
Caí por aquí, y me gusta el estílo...
Un saludo
Elder
Esa niña que se convirtio en mujer, que se convirtio en viajera, que se convirtio en escritoria. Para ti mi mas merecida admiración.
Es algo conmovedor a la par que entrañable. No pares de escribir!!
Más que un vecino.
Q pasa Lucia! Recuerdos desde FnaCorporación. Que alivio que sea un trabajo oficinero normal y no lo que te dije: Limpiarle las babas a un megalómano magnate de las comunicaciones en silla de ruedas, que acaba perdiendo su fortuna tras fuertes ataques de ira en la bolsa por enamorarse de su asistente personal. Lo vi en una peli
Muy divertido tu blog
Guille
Hey, 13, ¿o debería decir Nacho? Muchas gracias por dedicarme un ratito. Aprovecho la ocasión para pedirte disculpas por no despedirme el otro día en el Handywei. De pronto me entraron unas ganas enormes de no estar allí (estaba un poco tocadita, ya sabes por qué) y me despedí de todo el que estaba por allí.
Nos vemos este finde seguramente, ¿no?
Guille mi magnate esquía sin parar y tiene casas por media geografía española, pero no creo que vaya a enamorarse de alguien que no está dispuesta a dedicarle su vida y existencia. Eso quieren algunos. El que te anules en el proceso no les importa, puesto que sólo les importa su persona y su su sus su sus sus su sus.
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