Mi cuerpo ha tardado un ratito, pero por fin logró vencer a la mente y hace tres días gritó con todas sus fuerzas: ¡¡Me toca ya!! Vamos, que estoy enferma. Y la última vez que estuve resfriada no la recuerdo, pero fue hace más de tres años seguro. Supongo que tras tanto cambio y tanto estrés (sumado a los catarrazos de ambas Polacas, que así las apuñalen por la espalda y se desangren hasta morir, que ellas cumplen con su trabajo sí o sí) mi pequeño cuerpo no ha podido resistir la tentación de pasar dos días tumbado, bien arropadito e ingiriendo cada hora varios tés de limón, jengibre y miel.
Eso sí, mi mente la pobre se ha aburrido cual heavy-metalero en un concierto de Dolly Parton: aburrida y exasperada. Porque ya estoy instalada en mi nueva casa, pero el ordenador y los libros siguen en la antigua. Menos mal que una es previsora y el otro día en la librería, después de que Polaca II estornudara en mi cara sin taparse la boca, cogí prestados un par de libros.
El primero fue un bodrio divertido sobre la experiencia hindú de varios jovenzuelos británicos: Are you experienced? (William Sutcliffe). El autor desde luego no aspiraba a escribir un nuevo En busca de tiempo perdido, y ni falta que le hace. Porque era un bodrio, sí, pero ameno. Concedo que en el estado de sopor y aburrimiento en el que me encontraba quizás hubiera encontrado ameno hasta un folleto sobre cómo combatir la osteoporosis.
Los protagonistas tienen todos entre 18 y 20 años, y son inglesitos que se van de viaje a India para encontrarse a sí mismos y paridas semejantes. Uno lleva más de un año viajando por el país y va de hippy molón pero cada poco recibe un cheque bien cargadito de sus papis. Otro va descalzo por la vida desde hace ni se sabe cuánto y fuma porros sin parar utilizando un cono naranja. Y así todos: una historieta tonta.
¡Pero!, y este pero es bien importante, no me pasaron desapercibidos ciertos detalles del argumento que hacen que este cuento jamás pudiera haber sucedido con protagonistas españoles. Porque los personajes acaban de terminar el cole y, en lugar de ir como borregos directos a la universidad, se pasan el año siguiente (o años) viajando por el mundo, trabajando o ambas cosas a la vez. Y no sólo eso: nada más terminar el colegio/instituto la prioridad absoluta no es la Selectividad, sino marcharse de casa de los padres (si es que no se han ido ya) y encontrar un piso de alquiler con amigos, conocidos o desconocidos.
Quiero dejar muy claro que me encantan muchas cosas de España, no sólo la paella y las croquetas. Soy española, me siento española y creo que España es cojonuda para mil cosas. También creo que el lugar perfecto no existe, pero es que me parece que ciertas españoladas claman al cielo de una manera tal que, de momento, me han hecho buscarme la vida en otro lugar. A saber:
- El mito real de vivir con tus padres hasta los cuarenta. Es cierto, y lo he vivido en mis propias carnes, que el tema Irse-De Casa en España no está nada fácil, puesto que poquita gente alquila y los que lo hacen piden cantidades descomunales entre el depósito y los catorce años de aval. Pero también hay mucho comodón que prefiere que le planchen y le cocinen, y a los 27 aún se cree sus propias excusas de "ya, es que yo no sabría ni freírme un huevo..." ¡pues aprendes coño!
- El ya mencionado cuasi-inexistente y complicadísimo mercado de alquiler español, junto con la idea generalizada de que alquiler es perder dinero y la única posibilidad coherente es meterte en una hipoteca a 60 años totalmente desorbitada y cuya relación calidad-precio (pisos pequeños, o pasados Parla) a mí me resulta bastante incoherente.
- La jornada laboral típica española: de 9 a 7, con dos horas absurdas para comer y la mayoría de las veces como se te caiga el boli a las 7 serás mirado con desprecio. Lo normal es dar lo máximo hasta las tantas. Admiro de verdad a las sociedades en las que trabajar más allá de la hora no está bien visto, no es serio y denota que no has sido capaz de hacer tu trabajo en las ocho horacas que has tenido.
- Los sueldos irrisorios. Los becarios de cincuenta años.
Todo esto es posible porque es una rueda: si te quedas en casa de tus padres hasta los treinta entonces puedes ser becario hasta los treinta. No dudo que el quid de esta cuestión tan problemática esté en las altas esferas nacionales, los que mueven las cuerdas de todo el tinglado y deciden cómo funciona todo, pero creo que la sociedad conformista y poco seria que muchas veces es España tiene también harta culpa.
He dicho.
1 comentario:
llevo tiempo leyendo tu blog, me encanta como escribes, como vives, y las experiencias que tienes...pero....hoy, leyendo de nuevo este post:
bueno...es una opinión...pero, que ocurre cuando tus padres se han separado, tu madre no tiene un duro, al cabo de los años le detectan un cancer de colon, luego de pulmón, y hoy en día un tumor cerebral? te vas de casa? me parece complicadísimo...si a eso le añades que con 32 años, tienes que dar tu vida para ayudar a otra, y ves como se te escapa entre los dedos tu futuro, tus ilusiones, y tu vida...haces lo que puedes.
ya me gustaría a mi, haberme ido de casa...no es tan facil. y eso que tengo un muy buen trabajo, novia, amigos, y un mundo fantástico....pero vitalmente, no tengo espacio, y no lo tendré hasta que llegue un punto de no retorno, o bien, venga un tío gilito y ponga un enfermero en casa....
me gustaría volver a los 18, y replantearme mi vida, no haber estudiado en universidad privada y vivir en un mundo al que no pertenezco...en fin...vivir a corto plazo como tu no está tan mal, se disfruta mucho más y la vida es mucho más apasionante...
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