Y no de cualquier boda. Se casaba mi amiga de toda la vida y para Madrid que me fui otra vez. Desde Navidul van cuatro o cinco, esto me huele a retorno hogareño... I'm loving it!
Por supuesto lo primerito que hice nada más llegar fue depilarme MAL el bigote (no es que tenga ¿eh?) y llevarme medio labio por delante: toma herida grande y fea, como si en todo momento hubiera acabado de comer helado de chocolate y pasara de limpiarme los morros. Cuando la costra se cayó (más bien me la arranqué) la situación mejoró harto.
Este disgustazo labial, junto con otros motivos quizás más alarmantes, me han llevado a aceptar los consejos y contactos de una de mi flatmates griegas y voy a empezar psicoterapia. Será divertido.
La Boda fue bella. Sí, llevé taconazo. Sí, aguanté lo que duró la ceremonia en los Jerónimos y en cuanto vi la ocasión me plantifiqué las chanclas. Sí, llevé vestido, uno negro que me prestó una amiga, pues al parecer el que compré en Londres para tan solemne ocasión era demasiado playero. No doy una en cuanto a ser fashion y elegante se refiere.
Sí, mezclamos todo tipo de alcojoles durante el banquete. Sí, hubo mariachis y sí, no se iban nunca.
El buen tiempo madrileño (y otras cosas) me han hecho maldecir más que nunca la climatología de la Gran Patraña al volver. Menos mal que nada más regresar me esperaba el concierto-tributo a Abba. Sí, ¡ABBA! Mi emoción conoció pocas fronteras las dos horas y media que sobre el escenario de Hyde Park desfilaron los diversos invitados encargados de entonar los temazos más y menos conocidos de la banda sueca por excelencia (Roxette, buuuuuuu!!)
El momento estelar sin duda - sí, oh audiencia entusiasmada - fue cuando Benny Anderson (el de ABBA de siempre, el que en sus tiempos mozos se parecía a Santiago Segura en sus tiempos mozos) se sentó al piano y salió Kylie - sí, la Minogue - a cantar When all is said and done. El Peluquero de Mallorca y yo disfrutamos no te cuento.
Mis ganas de permanecer en esta ciudad merman que da miedo, pero de nuevo he optado por perpetuar mi espíritu aguerrido e inventarme - sí, otra vez - un flamante día a día.
Hoy mismo he empezado clases de ruso, y creo que mis compis me han tachado de flipada nada más contestar "para llegar a leer a los clásicos en su lengua original". No es que no anhele ser capaz de comunicarme con la muchedumbre cuando haga (sí, por fin) el Transiberiano, pero mi prioridad absoluta es leer lo que Gorki escribió sin que nadie me lo tenga que traducir. ¡Bien!
Sí, quiero.
6 comentarios:
Bigote? Aprender ruso?
Quién eres y qué has hecho con Lublue?
;P
Sabes que te aylovio!!!
Vuelveee!!!! [^_^]
Teee atrooooo
No te digo más ná
psicoterapia? escribeme un jodido mail, lo espero como agua de mayo
Lu estás que rompes en el bodorrio. He de decir que se nos olvidó perfeccionar la cara Sandy teeth en esta tu última visita, tendremos que hacerlo en Polonia, para metérnos a sus habitantes en los bolsillos. Otra cosa, desde mi humilde opinión de tia buenorra, como sigas soltando semejantes frases en tus clases de ruso tardarán un santimén en llamarte "chica dardo", donde las dan las toman, don´t forget it.
Anónima número 1: ¡¡volveré!! Llevo amenazando harto tiempo ya. Ahí tengo a la Anónima número 2 moviéndome unos hilos laborales, así que las presiones para ella (se llama Jineso, y está como un queso).
Ana Brown, ¿cómo pudimos olvidar la Sandy Teeth? Estoy haciéndola ahora mismo, sin público para aplaudirme, pero bien sabe usted que yo me basto y me sobro para descojonarme. NO.OSES.LLAMARME.CHICADARDO.NUNCA.JAMAAAAAAAAAAAS!!!
Anónima nº1 ha ido a correos y sus libros de Scoob Books siguen sin aparecer!!! :(
Lu, haz algo!!!!!
Totalmente de acuerdo con Ana Brown en el papel de Miranda.
Si voy a clase de ruso y alguien osa decir que acude allí para poder leer a los clásicos...la mataré.
Menos mal, querida baramona, que nos conocimos muchos años antes y mi amor por ti es incorruptible aunque seas una gafapasta camuflada de moderna!
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