Pocos (imagino) sabrán que hablo de una actriz cuyo nombre siempre he desconocido pero cuya actuación como la novia desdichada e histérica de Hugh Grant en Cuatro bodas y un funeral me resulta harto satisfactoria.
El caso es que no sólo vi a Cara de Pato saliendo de una tienda de especias el primer día de mi nueva vida en Londres, sino que otro día me soltó no sé qué rollo sobre las chicas pijas mientras esperaba a que le preparara su capuccino en aquel lugar infame lleno de polacos explotados en el que malgasté seis días de mi exitosa existencia.
Era sábado por la mañana y Cara de Pato lucía, con bastante poco glamour, unos pantalones de pijama, un anorak o plumas de estridentes azules y amarillos y una pañoleta en la cabeza que semi ocultaba su pelo sucio. Una loca en toda regla vamos. Si hubiera tenido una cámara en ese momento no habría dudado en cambiar mi truño de curro como camarera por el de, no menos truño, paparazzi. Al menos habría podido ¿forrarme? vendiendo las imágenes en exclusiva de Cara de Pato en su outfit pachanguero de sábado por la mañana en el barrio.
2 comentarios:
Pues mira, hace precisamente un par de días que me he hecho con "Cuatro bodas y un funeral" para mi colección de pelis en DVD. La vi hace siglos y ni me acuerdo de Cara de Pato. ¡¡Revisionado al canto!!
Luuuu
Como estas?? veo que actualizas como buena literata. Por aquí sin mucha novedad joven... te sigo echando de menos. A ver si nos montamos un buen viaje para ir a verte...
Muac!!
Publicar un comentario