"¡Ayyyyy si hubiera prestado más atención a Magny cuando pude!", se lamentaba Lu mientras cicleaba con la lengua fuera por las calles londinenses camino de cierta agencia literaria. Había pasado las últimas 36 horas (descontando las horas de sueño) en la mansión de un filósofo inglés celebérrimo, de esos con pelo largo y cano que cada dos por tres son invitados a la BBC para hablar sobre temas importantísimos. ¿Que a qué se debía esta reclusión en la mansión de este tipo? Pues a que le estaba comprando su biblioteca: abuelos que se pasan al e-book. Mierda puta. The philosopher tenía dos secretarias/estudiantes que le ayudaban a ordenar papeles y le reían las "gracias". Lu metía libros y más libros en cajas (52 en total, gracias por no tener ascensor) y sus pensamientos oscilaban entre esto y aquello. No os lo voy a decir.
Pero Lu no sólo carga libros y es venerada por filósofos famosos - ser una tipa dura con cero ganas de escuchar sandeces y encima tacharlas de ingeniosas es lo que tiene: hey Lu, ¿qué opinas de esto? ¿y de lo de más allá? Os voy a decir lo que opina Lu: ¿me dejas que termine de subir las escaleras con esta caja que pesa un quintal? ¿por qué estás todavía en pijama si son las dos de la tarde? - El caso es que Lu no sólo es una librera sexy, eso siempre; ahora le ha dado por querer ser editora, o montar su propia editorial, o algo así.
Por fin pudo zafarse del filósofo en pijama y por poco llega tarde a la primera reunión de negocios de su vida. Súper guapa, con las gafas puestas para aparentar seriedad, sin el casco de la bici y con su mejor sonrisa. Y la tiene bonita eh. Había ido a cerrar un trato: comprar los derechos del libro X de la autora Y que tanto le gusta y que le encantaría poder traducir y publicar como segundo título de Automática Editorial. El primero es sorpresa, aunque si la conocéis bien no podría ser otro. Emoticón de sonrisa con guiño.
Lu memorizando numeritos
La condujeron hasta un despacho con techo descubierto, es decir, un cubículo. Al otro lado de la mesa se sentaron las dos representantes de "derechos extranjeros" o "foreign rights" de la agencia y la frieron a preguntas. Lu se sintió tan o más abrumada que nunca, se quitó las gafas, notó que sudaba a mares, pero aguántó el tipo como una campeona y por su boca comenzaron a salir cifras, porcentajes, tiradas, nombres. De todo salía, y en inglés. Se había aprendido todos esos datos de memoria, no sabía muy bien qué estaba diciendo, tuvo que recular en alguna que otra ocasión, pero terminó satisfecha. Soltar números a lo loco es divertido. Las agentes la miraban complacidas y Lu se lo pasó pipa. Además, llevaba su nueva cadena de la suerte, regalo de su socia. Emoticón sonriente.
Fue una buena reunión. Magny habría estado orgulloso.
5 comentarios:
Magny no sé, pero yo estoy muuuuy orgullosa!!! no lo estás tú??
Me has dejado con mono...
Mua!!
lo mejor la foto sin duda, hazte agente hazme caso, necesitamos agentes capaces de vender lo inverosimil. vender lo que la gente lee es lo fácil.
Lo mismo digo...para cuando más!!.
Enhorabuena,
librera-editora.
I miss you as I miss London, after all.
Me encantaría ir hoy mismo a tomar café al parque de al lado de la librería contigo. Quiero pensar que tendré tiempo al regreso, aunque a lo mejor para entonces, tengo que concretar cita previa con tu secretaria.
Esto va so fast.
Plas plas plas
(aplausos, vamos)
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