Ninguna había dormido demasiado la noche anterior y vagaban lastimosamente y pasando un calor brutal, pues ambas hicieron caso omiso a las predicciones de 25 grados constantes que tanto la BBC como TVE habían asegurado sin parar. Sin chanclas, sin chores y con cazadoras de cuero: Ramoncín a tope. Se malsentaron en el primer restaurante que les metió mejillones por los ojos y la verdad es que grandecitos no fueron. De beber tomaron la salsa, salada a más no poder, pero la pela es la pela.
Para evitar quedarse fritanga sobre el suelo empedrado, optaron por volver al hotel y dormir la mona. Brujulilla primero se dio un merecido baño en el que continuó el libro maravilloso que había comenzado unas horas antes en el Eurostar: The following story, del holandés Cees Nooteboom. Preciosísisisisimo.
Varias horas después sólo un exacerbado sentimiento de culpa unido a una sola imagen cerebral, pizza, contribuyeron a que salieran de la cama dispuestas a quemar Bruselas la Nuit. Pizza, Grand Place, Manneken Pis y derechitas al Delirium Tremens, un pub con 30 cervezas de grifo distintas y repleto de querubines (por primera vez en su vida Brujulilla y Pacotilla empezaron a ser conscientes de que sus patas de gallo y demás arruguillas faciales estaban ahí para quedarse). Las probaron todas, o casi, sin moverse de su spot encaramadas a la barra mientras se hacían fotos recíprocas con cara sénsual y ojos bizcos. No es fácil posar así y beber Floris White al mismo tiempo. Diversos muchachos se le acercaron de tanto en tanto y llegaron a la conclusión de que los belgas son más latinos que nórdicos en el ligar. Suerte.
Aquel lunes fue la única noche loca que se permitieron (ellas aún no lo sabían). La primera vez que atravesaron Alberto II a oscuras - previa parada necesaria en un kebab donde a Pacotilla le faltó escribirle el número de habitación al camarero, de tantas explicaciones como le dio - vivieron el Risky Sex en sus propias carnes y tuvieron miedo y trataron de caminar rapidito pero Brujulilla ponía más interés en comer patatas fritas que en correr, para desesperación de Pacotilla.
Don't fret: llegaron sanas y salvas al Husa President y al día siguiente... ... fue martes.
... continuará.