1
Como no quedan yogures, me marcho a la iglesia.
Cómo sé que te gusta el arroz con leche, por debajo de la puerta te echo un ladrillo.
2
Si te quedaran yogures, no te gustaría el arroz con leche.
Si no te marcharas a la iglesia, el ladrillo no cabría por debajo de la puerta.
3
Cuando queden ladrillos con leche, la puerta de la iglesia se marchará.
Cuando me gusten los yogures, el arroz será echado.
4
De arroz con leche marchado y ladrillos quedados, puerta.
De iglesia, yogur gustar.
Sigo sin haber ido aún a Irlanda, ni haber leído el Ulises o Finnegans Wake o incluso The Portrait of the Artist as a Young Man. Tampoco a Bolaño. A Beckett sí. Y a Flann O'Brien, por supuesto.
En pocas semanas marcho a Trieste, siguiendo los pasos, no de Joyce, ni de Magris, sino de Svevo.
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