domingo, 25 de marzo de 2012

Tres semanas (II)


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. Llegué hace una semana, y esto es lo que escribí – hasta arriba de pisco sour – el sábado por la noche a las 6 de la mañana, antes de quedarme frita sobre el cuaderno:

Es posible, supongo, puede ser que, todo sea cuestión de ser coherente con lo que dices, con lo que resulta que llevas más de un año diciendo, bastante más de un año. Estoy vacía de emociones, sólo logro, o aspiro a, pensar fríamente. Fríamente no tengo excusa para no volver a Madrid y probar suerte con la editorial. Fríamente Madrid me provoca CERO ganas. Fríamente me digo, me exijo, pensar en las cosas malas de Londres: el clima, la (falta de) luz, que llevaba harto tiempo ya sintiéndome solita, que no quiero ser librera y mileurista forever. Pero, fíjate, sólo me acuerdo de lo buenísimo de Londres: de mis flatmates griegas, de mi casa, de mi cuarto que es mi espacio, de mi bici, de los parques, del barrio. De los amigos. Fijaos que ni siquiera he mencionado la bookshop. ¿A lo mejor quiero, otra vez, darle un shot a ser escritora? Pero quedándome en Londres. O en Ávila.


2. Termina la segunda semana y mi abuela acaba de decir algo que me ha parecido un buen augurio: “no sabes cómo está Madrid de mal, hay muchísima delincuencia”.

http://lachicaautomatica.blogspot.com.es/2010/11/way-we-weeeeeeere.html

Hay una nueva editorial – que no es la mía - que tiene un nombre genial: http://honolulubooks.tumblr.com/ Acaban de sacar el libro de una chica que al parecer tiene un blog en el que habla de su bici. Jolín qué guay. Patsy, yo no sé si te convertiré en la protagonista de ninguna novela, pero lo que sí tengo bastante claro es que en Londres no te quedas. Ni de coña.


Patsy y yo en los Fields un verano. Patsy sujeta la toalla mientras yo leo Almas Muertas y juntas esperamos a que los amichis salgan de la piscina para ir a hacer alguna barbacoa en el parque. No engañarse: Londres no es siempre tan idílico. Pero cuando lo es… ¡se pasa!


3. Me estoy leyendo un libro, otro, de 600 páginas. Sólo llevo doscientas y pico y ya tengo bastante claro que cuando lo acabe voy a echar mucho de menos a los personajes, con sus rutinas y sus cosas.

No sé muy bien qué decir, ni qué siento ni pienso. Por eso este APM sobre la gente elocuente me viene que ni pintado.





viernes, 16 de marzo de 2012

¡Aupa Escocia!

¿Os imagináis que alguien llega y os dice? Pues mirad, mis grandes referencias son La Divina Comedia y William Blake. Y entonces ese alguien va y escribe una novelaca de 600 páginas, ahí es ná, que indudablemente bebe de Dante y de Blake, pero beber de puta madre. Bueno, pues eso es LANARK, de Alasdair Gray, novelón en el cual yo apoyaba todas mis esperanzas de editora sexi y que ayer mismo provocó una debacle en mi propia persona de treintañera rubia al serme emailada la terrible noticia de que otra editorial se nos ha adelantado y compró los derechos en español (y catalán) el año pasado. ¡Jolínnnnnnnnnnnnnnnnnnn!

Es un libro sobre Glasgow, sobre el apocalipsis, sobre un futuro sin luz natural, sobre el amor, sobre la gente, sobre el arte. Es tremendo. Yo me lo empecé en algún momento de diciembre 2011 y lo terminé el día 31 a las diez de la noche. Llegué tarde a la cena de Nochevieja en casa de una amiga (¡Hola Nuria!), en Londres, porque me negué a empezar 2012 (2011 fue regulero, ¿por qué ocultároslo más tiempo? ) leyendo todavía aquella cosa apocalíptica. Me entró la superstición, ¿qué queréis que os diga?

Así que el día 1, tras ser achicharrada con un cigarro en un nudillo, tras acostarme - previo vómito alcoholizado - en una casa extraña, tras levantarme en dicha casa y desayunar un revuelto de espárragos y puerros, tras caminar sin rumbo bajo la lluvia torrencial unas cuatro horas, por fin llegué a la que aún es mi casa, hice todo lo que debe hacerse cuando una está calada hasta los huesos pero no le apetece nada coger una pulmonía, me senté en mi sofacito con un hot chocolate (esto del hot chocolate me lo estoy inventando) y empecé Mansfield Park. Supuse que no habría manera mejor de empezar un año, una nueva etapa. Con Jane Austen, ¡claro que sí!


(portada del propio autor)
(2012 va mucho mejor, en diversos aspectos, gracius)

lunes, 5 de marzo de 2012

Tres semanas

Anoche vi a rusas en tutú. Ahora estoy en Madrid. Hoy me han hecho Papa.

Desde la ventana del avión, al despertarme tras quedarme ligeramente traspuesta antes de despegar, he reconocido las torres de Mordor a lo “lejos” (y es que no parecía tan lejos), la torre Picasso y un cuadrado verde que sólo podía ser el Retiro. Madrid es minúsculo desde las alturas; mis pequeños ojitos somnolientos lo han abarcado todo con un simple vistazo general. Oh, oh.

¿Cuántos libros buenísimos se han escrito? Goodness me! (acaban de sonar las trompetitas que celebran que yet otro vuelo de Ryancrap ha llegado antes de lo previsto; la gente aplaude y comenta la jugada. ¿Hola? Sólo hay que inventarse que el vuelo debería llegar a tal hora cuando tú sabes a ciencia cierta que seguro que tardas diez minutos menos; en fin). Decía que en Stansted he empezado un nuevo libro maravilloso, uno que llevo vendiendo en la bookshop cuatro años y que siempre había tenido pendiente para leer. Juro que no tenía ni la más remota idea del argumento, me bastaba saber de primera mano lo mucho que se vende – a clientes guays, se entiende, no a gentuza que compra castañas y/o bazofias fistras – y que todos mis compañeros ingleses, todos, antes o después me lo han recomendado lo que viene siendo encarecidamente.

Bueno, bueno, bueno: va del manuscrito ultra erótico que una tía le manda a Freud y éste se empeña en publicarlo porque es un ejemplo fulminante de hysteria sexual. En realidad éste es un resumen MUY churrusco, pero ya lo publicará por primera vez en España Automatica Editorial ...

Y es que, oh audiencia que me lee, lo que no sabéis (salvo Elena Basmati y pocos más) es que la Etnografía ya no es la protagonista indiscutible de mi vida, ni siquiera la Etnografía Alter-Egoística. Lo que ahora se lleva (yo) es el Auto-Psicoanálisis. Ojalá pronto pueda permitirme pagar a un analista que no sea yo misma y hacerlo en serio, porque reconozco que mi método es un tanto pachanguero.

Pero el tema es: siempre acabas leyendo los libros en el momento justo, sin habértelo propuesto pero así es. Mola.


Borrosamente, KYY (Keats y Yo)