Imagina que tienes 20 años y que caes en la cuenta de que tu cultura musical roza el analfabetismo.
Imagina que existen posibilidades cibernéticas para descargar con la gratuidad merecida todo aquello que tus dedos tecleen.
Imagina la "vergüenza ajena" que sientes al grabar dos CD's que titulas Basta de Ignorancia Musical I y II, con canciones (hasta entonces desconocidas para ti) de Radiohead, Portishead, U2, The Verve, The Smiths, Moloko... y un largo y universalmente conocido etcétera.
Imagina que te quedas entusiasmada con la locura de tener a tu alcance toda la música del mundo aquí y ahora, y que una vez dominados los Fake Plastic Trees y There is a light that never goes out de turno decides ponerte a investigar. Tienes frente a ti un buscador maravilloso que rara vez te decepciona.
Imagina que descubres una página web llamada http://www.allmusic.com/. Dicha página no sólo te explica quién es quién y cómo, cuándo y cuántos sino que además ofrece la opción impagable de sugerirte "artistas similares".
Imagina que eres una de esas personas que sabe reconocer un buen título o un buen nombre entre un millón. Desde luego Marianne Faithfull captará tu atención, así como Joan As Police Woman.
Imagina que aciertas de pleno y los tres discos que te bajas de Marianne Faithfull te congratulan como pocas cosas antes te habían congratulado (y es que todavía no conoces a los hermanos Wainwright ni a Paris Combo).
Imagina que no puedes dejar de escuchar The Ballad of Lucy Jordan, aunque tendrán que pasar más de cinco años para que comprendas que habla de la entrada a un psiquiátrico.
Imagina que vives en Madrid y te enteras de que la Faithfull actuará en el Círculo de Bellas Artes, 60 euros. Para entonces ya ha pasado el tiempo suficiente como para saber que sólo pagarías semejante burrada por Rufus (o en el caso poco probable de que Abba de el sorpresón).
Imagina que año y medio después vives en Londres y que una buena tarde lees en el Time Out que al día siguiente la Faithfull tocará gratis en una tienda de discos de Brick Lane. ¡Gratis!
Imagina que remueves cielo y tierra hasta que logras una de las codiciadas entradas.
Imagina que eres pequeñita y que, como siempre te ocurre en los conciertos, no ves nada bien lo que sucede en el escenario.
Imagínate a Marianne Faithfull el 15 de abril (cumpleaños de Emma Thompson, jamás me olvidaré) de 2009: una abuela bellísima y elegante hasta decir basta, con un vozarrón que no pretende ocultar.
Imagina que canta The Ballad of Lucy Jordan.
Deja de imaginar y escucha: http://www.youtube.com/watch?v=0KV-PTK0UZ4&feature=related
jueves, 16 de abril de 2009
viernes, 3 de abril de 2009
¡Tranquilidad!
He vuelto, dado el clamor popular de una persona concreta pidiéndome menos teses en Faceshite y más Automática.
Y es que en estas últimas dos semanas de afonía bloguera he descubierto muchas cosas sobre mí misma que jamás sospeché. A saber: mi profesión ideal es la de Pirata, si fuera un personaje de Friends sería Chendler, si fuera un concursante del primero Operación Triunfo sin duda Nuria Fergó (¡bien!), si fuera una estrella de cine sería Drew Barrymore, si me dedicara al rock ochentero lo haría como Cindy Lauper, el barrio madrileño que más le pega a mi personalidad liberal es La Latina, mi edad real son siete años, de todos los personajes de Lost soy Jack, si trabajara en la Iniciativa Dharma lo haría en La Orquidea y me parezco al hermano pequeño de los Hanson. Desde que he aceptado mis obsesiones y mis enganches infinitos soy más feliz.
Como úlitmamente no me ha ocurrido nada demasiado interesante - y si ha sucedido es personal e intransferible vía blog - hablaré de mi trabajo y de mis compis, que les tengo muy abandonados.
Polaca I se fue y hace poco estábamos Polaca II y yo hablando de algo y va y me suelta que Polaca I me amaba más bien poco. ¿Hola? ¡¿Por qué?! La respuesta no pudo ser peor: porque no le gustaba cómo trabajas. ¿Hola? ¡¿Por qué?! Vale que en ocasiones puedo ser un poco rancia, pero mi naturalidad y mi nula capacidad para soportar clientes indeseables me han situado en el primer puesto del ranking de popularidad entre los compis. POPULAR. En cuanto aparece alguno de estos cretinos recurrentes - que se enfadan porque no queremos saber nada de sus libros semi carcomidos por el polvo, el tiempo y la devastación - me llaman a mí para que les ilustre la situación que parece escapárseles. Y me escuchan, vaya si lo hacen. Hemos llegado a la conclusión de que mi cara de niña buena seria unida a mi acentazo español y a mi entonación más bien parca configuran la combinación ideal para que la chusma nos deje en paz:
Saben que no tengo escrúpulos - si alguien me cae mal o no demasiado bien - a la hora de decir "no, no tengo ese libro" sin molestarme si quiera en hacer amago de buscarlo. Es posible que Polaca I sí tuviera motivos de queja hacia mi actitud laboral... pero ella no era popular, sino temida. ¡Ja! Y mira que a mí ella me caía bien. (Obviamente estoy exagerando)
Mi horario habitual es de martes a sábado. De martes a jueves trabajo con Polaca II y una Alemana Nueva también conocida como Riñonera (lleva una siempre atada, expediente x total). Con Polaca II el buen rollismo es mutuo, a pesar de que en el terreno personal chocamos por todos lados. Como libreras hacemos buena pareja.
Los viernes y los sábados, en cambio, trabajo sólo con chicos. Sin contar al Lituano que no sale del sótano en la tienda estamos el Músico y un Inglés Nuevo que ha resultado ser un magnífico fichaje. Rápido y muy gracioso. Formamos un trío de lo más pintoresco y trabajamos con gran ahínco a la par que con una relajación digna de alabanza. Me miman harto. Los sábados, por ejemplo, saben que es más que probable que mis condiciones físicas dejen bastante que desear, y suelen hacer la vista gorda si me siento en una silla tres horas seguidas y sin pretender que estoy ocupada.
La verdad es que no he hablado mucho de mis compis sino de mí, yo, me, mi, conmigo. A ver si va a resultar cierto eso de que un blog es un vehículo para la autocomplacencia. Como dice Carlos Pujol en su impresionante La Sombra del Tiempo (no confundir con La sombra del viento):
Llevo un día de perros por motivos personales y profesionales. Entre estos últimos destaca mi intención de terminar de ordenar algún día la sección de Ficción. Llevo tres días y con suerte mañana acabo, consciente en todo momento de que antes de la semana que viene estará hecha un cristo otra vez. Hay secciones que por mucho que te hernies no lucen nada.
Y hablando de Ficción... Por fin mi jubilosa lectura de Emma ha concluído para siempre. Noto que mis ganas de leer - que no de escribir - van recuperándose y he empezado la Autobiografía de Buñuel y Si una noche de invierno un viajero de Italo Calvino. Ambos pintan estupendamente.
Emma, by the way, es un alucine. Si alguien conoce a algún autor@ que combine en su pluma las habilidades descriptivas y sociales de Gorki y la mala leche de Jane Austen... ¡que me lo diga ya!
Por último comentar que tengo un cliente/admirador no secreto que me pone de los nervios. Me persigue por la tienda y me mira de esa manera que me provoca desear una muerte lenta y dolorosa para él y para mí un ropaje futurístico que no deje pasar los rayos láser oculares con los que me desviste sin pudor. ¡Que asco dios!
Y es que en estas últimas dos semanas de afonía bloguera he descubierto muchas cosas sobre mí misma que jamás sospeché. A saber: mi profesión ideal es la de Pirata, si fuera un personaje de Friends sería Chendler, si fuera un concursante del primero Operación Triunfo sin duda Nuria Fergó (¡bien!), si fuera una estrella de cine sería Drew Barrymore, si me dedicara al rock ochentero lo haría como Cindy Lauper, el barrio madrileño que más le pega a mi personalidad liberal es La Latina, mi edad real son siete años, de todos los personajes de Lost soy Jack, si trabajara en la Iniciativa Dharma lo haría en La Orquidea y me parezco al hermano pequeño de los Hanson. Desde que he aceptado mis obsesiones y mis enganches infinitos soy más feliz.
Como úlitmamente no me ha ocurrido nada demasiado interesante - y si ha sucedido es personal e intransferible vía blog - hablaré de mi trabajo y de mis compis, que les tengo muy abandonados.
Polaca I se fue y hace poco estábamos Polaca II y yo hablando de algo y va y me suelta que Polaca I me amaba más bien poco. ¿Hola? ¡¿Por qué?! La respuesta no pudo ser peor: porque no le gustaba cómo trabajas. ¿Hola? ¡¿Por qué?! Vale que en ocasiones puedo ser un poco rancia, pero mi naturalidad y mi nula capacidad para soportar clientes indeseables me han situado en el primer puesto del ranking de popularidad entre los compis. POPULAR. En cuanto aparece alguno de estos cretinos recurrentes - que se enfadan porque no queremos saber nada de sus libros semi carcomidos por el polvo, el tiempo y la devastación - me llaman a mí para que les ilustre la situación que parece escapárseles. Y me escuchan, vaya si lo hacen. Hemos llegado a la conclusión de que mi cara de niña buena seria unida a mi acentazo español y a mi entonación más bien parca configuran la combinación ideal para que la chusma nos deje en paz:
"My colleague has already told you we are not interested"
(O lo que es lo mismo)
"Que te he dicho ya que no"
Saben que no tengo escrúpulos - si alguien me cae mal o no demasiado bien - a la hora de decir "no, no tengo ese libro" sin molestarme si quiera en hacer amago de buscarlo. Es posible que Polaca I sí tuviera motivos de queja hacia mi actitud laboral... pero ella no era popular, sino temida. ¡Ja! Y mira que a mí ella me caía bien. (Obviamente estoy exagerando)
Mi horario habitual es de martes a sábado. De martes a jueves trabajo con Polaca II y una Alemana Nueva también conocida como Riñonera (lleva una siempre atada, expediente x total). Con Polaca II el buen rollismo es mutuo, a pesar de que en el terreno personal chocamos por todos lados. Como libreras hacemos buena pareja.
Los viernes y los sábados, en cambio, trabajo sólo con chicos. Sin contar al Lituano que no sale del sótano en la tienda estamos el Músico y un Inglés Nuevo que ha resultado ser un magnífico fichaje. Rápido y muy gracioso. Formamos un trío de lo más pintoresco y trabajamos con gran ahínco a la par que con una relajación digna de alabanza. Me miman harto. Los sábados, por ejemplo, saben que es más que probable que mis condiciones físicas dejen bastante que desear, y suelen hacer la vista gorda si me siento en una silla tres horas seguidas y sin pretender que estoy ocupada.
La verdad es que no he hablado mucho de mis compis sino de mí, yo, me, mi, conmigo. A ver si va a resultar cierto eso de que un blog es un vehículo para la autocomplacencia. Como dice Carlos Pujol en su impresionante La Sombra del Tiempo (no confundir con La sombra del viento):
Nos empeñamos en que hasta la menor de nuestras bobadas dure eternamente.
Llevo un día de perros por motivos personales y profesionales. Entre estos últimos destaca mi intención de terminar de ordenar algún día la sección de Ficción. Llevo tres días y con suerte mañana acabo, consciente en todo momento de que antes de la semana que viene estará hecha un cristo otra vez. Hay secciones que por mucho que te hernies no lucen nada.
Y hablando de Ficción... Por fin mi jubilosa lectura de Emma ha concluído para siempre. Noto que mis ganas de leer - que no de escribir - van recuperándose y he empezado la Autobiografía de Buñuel y Si una noche de invierno un viajero de Italo Calvino. Ambos pintan estupendamente.
Emma, by the way, es un alucine. Si alguien conoce a algún autor@ que combine en su pluma las habilidades descriptivas y sociales de Gorki y la mala leche de Jane Austen... ¡que me lo diga ya!
Por último comentar que tengo un cliente/admirador no secreto que me pone de los nervios. Me persigue por la tienda y me mira de esa manera que me provoca desear una muerte lenta y dolorosa para él y para mí un ropaje futurístico que no deje pasar los rayos láser oculares con los que me desviste sin pudor. ¡Que asco dios!
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