jueves, 11 de septiembre de 2008

Celebritites in London IV

Buenas,

Retomo el blog tras este prolongado paréntesis que para nada se ha debido a unas merecidas vacaciones estivales, sino más bien al giro de 180 grados que cierta vida (la mía) ha sufrido en el último mes. Lo único que se mantiene como estaba es mi curro en la librería de mis sueños.

Precisamente ayer pedaleaba a casa (una temporal) después de trabajar y ¡paf! ¿A quién me encuentro más estirado que un pollo parando un taxi con un paraguas en Paddington?

A Alan Rickman.

Siempre me ha parecido un actorazo, desde su papelón que da una anguña más que palpable como el malo de Robin Hood, el príncipe de los ladrones, hasta su enternecedora caracterización del sufrido Coronel Brandon en Sentido y Sensibilidad.

Hablando de esa película, también ayer encontré en la librería un manuscrito de mi querida Emma Thompson con el guión de Sense & Sensibility más el diario y diversas impresiones que mi actriz favorita recopiló durante el rodaje de la peli. Así me he enterado de anécdotas que me hacen amarla mucho más, como cuando se quedó de piedra al enterarse, vía telefónica, del accidente a caballo de Christopher Reeve (trabajaron juntos en Lo que queda del día); o cuando confiesa que más de una mañana se levantó con un resacón que ni un batido de antalgines podría haber hecho desaparecer. Me encanta esta mujer.

Cambiando de tema, todavía no he presentado ni descrito a mis compañeros de faena. Allá voy:

El Jefe o Dueño de la librería es un británico de 53 años que NUNCA desconecta. Cuando no está poniendo precio a unos libros está en casa de alguien que acaba de morirse escogiendo qué parte de su biblioteca le interesa, o si no está en Oxford, donde tenemos la tienda online y donde se guardan los libros más valiosos. Cuentan los compis que desde que compró el negocio, hace más de cinco años, sólo se ha ido cuatro días a su casa de Torremolinos, y porque (contra su voluntad) le compraron un billete de avión y le llevaron al aeropuerto diciéndole que iban a inspeccionar la biblioteca de algún muerto reciente.

Una especie de Supervisor que no quiere serlo, también británico de unos 50 años máximo, que trabaja una semana en Londres y otra en Oxford. Es tímido hasta decir basta, pero domina como nadie, sobre todo en materia de arte. Lleva trabajando para Skoob Books desde que la primera tienda abrió en Covent Garden en 1979, así que ha conocido todas y cada una de las etapas y localizaciones de esta librería tan emblemática.

Dos Polacas, ambas llamada Ania, que son un poco agobio porque no paran ni un segundo, y encima pretenden que los demás sigamos su ejemplo, a mi entender erróneo. La Polaca I tiene 28 años y es una control freak para todo. Ahora le ha dado por atiborrarse de libros de psicología y trata de psicoanalizarnos a todos. Es divertido. La Polaca II nació justo un día después que yo (es decir, pronto cumplirá 27 años) y está saliendo con el Dueño. Yo no puedo comprenderlo. Se llaman Honey, Baby y similares, y yo no sé qué habrá visto el uno en la otra y vicebestia.

Un Lituano de 25 años que trabaja exclusivamente en el sótano de la librería, donde tenemos un almacén enorme (pero más pequeño que el de Oxford). Es muy majete, a pesar de que NO…PARA…DE…HABLAR. Pero no es como aquel Segundo Socio de mi último trabajo en Madrid (menudo infierno), sino que habla de temas muy interesantes y en ocasiones harto desconocidos para mí: Rusia, Putin, Lituania, los países Bálticos, Bielorrusia… Tiene la cabeza muy bien puesta y es el culpable de que haya vuelto a engancharme a Lost/Perdidos, pues se pasa las horas en internet haciendo yo que sé qué y se sabe todos los trucos para encontrar todo tipo de ofertas y para ver películas y series gratis.

Una Irlandesa de 24 años que se marcha ya de ya a las afueras de Shangai a enseñar inglés durante un año. Sin duda es mi gran compi del curro y es una verdadera pena que se marche. Está terminando Antropología y su tesis de fin de carrera trata sobre la anorexia. Cuenta unas cosas espantosas.

Otro británico de unos 40 años que sólo trabaja los fines de semana. En realidad es Músico y tiene una banda con un nombre genial: Cindy Talks. Me encanta coincidir con él porque no es un adicto al trabajo y juntos vagueamos tranquilamente, apoyándonos el uno al otro.

En Oxford trabajan tres Gordas inmensas (dos británicas y una americana) y una Rusa. De momento sólo he ido una vez, así que no puedo contar mucho sobre ellas.


Ahora imaginaros a toda esta gente aquí dentro:

6 comentarios:

Anónimo dijo...

A ver si te conviertes en una master and commander del negocio y tese ocurre algo en Madriz (caso que decidas Madriz) porque a mí me parece que es una de las pocas formas soportables de ganarse la vida, y es el único negocio que me atrevería a poner... hay una en lavapiés La Libre de Lavapiés, debajo de mi casa, chuli piruli y son más bordes que supu... se merecen una OPA hostil y cambio de dueños! Y el pitinglis en esta city está mu desabastecío

Besos a las islas

Álvaro

Anónimo dijo...

Querida Lu, la vida es asi, encuentros casuales en islas casuales (he dicho islas?) que nos hacen elevarnos a esferas mas luminosas de la vida y de la existencia...en definitiva, que nunca hay que desmerecer los encuentros casuales, aunque sean con villanos que persiguieron arqueros con calzones verdes.
Flunguin.

G.'s Land dijo...

Bueno,... todo un mundo plasmado en esa foto... y encima tienes un piano de pared.

También besos.

La chica automática dijo...

Quien es Flunguin?

Quien es Gema?

Alvaro conozco la libreria, y su seccion de second-hand al fondo. Tambien me parecieron no muy majas, malditas desviadas! No dudes que si termino poniendo mi libreria-cafe en Menorca te llamo. Besos.

G.'s Land dijo...

No, no, no. Nada de Menorcas. Tu librería la deberías poner en Ibiza.(Que también puedes llamar a Álvaro)

;)

La chica automática dijo...

Ibiza... otro dia te hablo sobre mi experiencia alla, que hoy esta siendo un dia bello y no es cuestion de chafarlo. (Ser camarera en un chiringuito en Es Canar debe ser evitado) :-)