Querida Ro,
¿Has leído a Erica Jong? Yo sí. Varias veces. En realidad
solo una. Puede que su libro Miedo a volar sea más importante que cualquier
cosa que aparezca en el BOE, o en la Biblia; incluso en el catálogo de Leroy
Merlin. Se pronuncia “leruámajlán”, ya sabes, franchutes. Mi hermano estuvo en
París, al parecer ha perdido todas las fotos. ¡Ya no puedes confiar ni en tu
móvil, Ro! ¿Y en quién confiar, pues, en aquestos momentos aciagos? Pues en
Erica Jong. Es estadounidense, neoyorquina, in fact. Ya solo por eso yo no
debería haberla leído. Pero lo hice.
El otro día, en la nueva librería donde paso mis días,
encontré este libro suyo (su autobiografía, no el mencionado más arriba). Te pongo la portada y la contra porque son
maravillosas:
Hay a quienes les ha echado para atrás, sobre todo la
contra. Que si parece una tertuliana del PP. Que si madre del amor hermoso
quién esa esa (¡!). Es Erica Jong, cenutrios, y deberíais pisar el suelo por
donde ella camina, o lamer las páginas que ella escribe (las originales, no las
salidas de imprenta). Es posible que sea la mujer más lúcida del siglo XX.
Lo siento, señora Dalloway. Opinar no es
fácil, Ro. De todas formas, yo me quedo con las dos. Todo va bastante bien.
Ya hablamos cuando te la leas, si eso. Mientras tanto,
corramos desnudas y despavoridas bajo la lluvia. O no. También está bien eso de
lanzarse desde la cama y llegar haciendo la croqueta, y en pijama, hasta tu
mesa de trabajo que, como es de color oscurillo, se llena de polvo a ojos vista
y te hace sufrir y te bloqueas momentáneamente y te pones a hacer sentadillas,
veinte a lo sumo, y acto seguido vuelves a sentarte y sigue habiendo motas de
polvo y sales a la ventana porque hace una estupenda mañana. Ah, no. Que llueve.
Amor insensato, de mi para ti,
Lu
Barcelona, a 20 de mayo de 2015