miércoles, 27 de octubre de 2010

IRLANDA, por fin

En Londres hay al menos un pub donde gente espontánea se junta y desjunta para tocar música irlandesa. Se llama Filthy MacNasty's y está entre Kings Cross y Angel. POR FIN con mayúsculas.



Me hablaron de este pub hace relativamente poco. Resulta que aquí se reúnen los off-beats, una de las generaciones literarias más actuales: Tony O'Neill, Ben Myers, Adelle Stripe, HP Tinker, Heidi James... Encontré en la bookshop Down and Out on Murder Mile (O'Neill) y me quedé muerta. Adicción a la heroína pura y dura. En cuanto lo acabé se lo encasqueté al novio poeta de una de mis flatmates griegas: se quedó de piedra. Él a su vez me recomendó la novela por antonomasia sobre este tema. ¿Qué queréis que os diga? No, no me gustó demasiado Junky. Nunca había leído nada de William Burroughs (ni ganas) y me he quedado un poco como estaba. El poeta dice que me calle la boca y lea The Naked Lunch. Así que lo he cogido, pero ahora mismo cabalgo entre Oblomov (Goncharov) y La ciudad y los perros (Vargas Llosa). Además, sólo en la última semana he tomado "prestados" uno de Boris Vian, los cuentos completos de Grace Paley, The Ask (Sam Lipsyte) y toda la coleccioón de Claudine (Colette).

Aprovechando que tenía la noche libre de compromisos amichiles, nada más cerrar la bookshop me he venido, sola, a este pub. Por fin. Quería hacerlo desde que me lo nombraron la primera vez. El nombre es genial.

Al principio sólo había machos pertenecientes a la "white working class" y me he sentido un tanto cohibida. Pero he aguantado el tipo - bien hecho Lu - y antes de que me terminara la Guinness han entrado por la puerta unas señoras con instrumentos. Ha saludado a los camareros y sin más preámbulos han empezado a tocar folklore celta, como quien se pone a tejer una mantita. Uno de los camareros ha encendido la chimenea.

Violín, flauta travesera, tambor irlandés, tres voces. Será por mi educación (o no) pero ha sido ponerse a cantar y he reconocido y amado más que nunca esa vena irlandesa. Se les reconoce a la legua, y son tan bellos. Ha sido indescriptible (también sé ser cursi) sentirme teletransportada al Sandybels: mi pub favorito del mundo, en Edimburgo.

Estoy metida de lleno en el moderneo de East London, me dirijo a la gente con un deleznable "cari ¿qué onda?", pero la Lu que más me gusta ha estado esta noche en el Filthy MacNasty's.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Ejemplo de vida insustancial (1)

Rara es la persona occidental menor de 60 años que no tiene una opinión formada sobre el McRata. Hay quien no ha ido nunca, otros van cada semana, algunos hasta han trabajado allí para sacarse unas perrillas, o para quedarse toda su vida como encargado de "restaurante". El McRata siempre está ahí, antes rojo, ahora verde. En cada esquina, dos o incluso tres por manzana. Sirven desayunos desde las seis de la mañana y cierran a medianoche. Los hay 24 horas. Se renuevan más por marketing que por otra cosa. No sé qué demonios tiene el BigRata, qué explicación sociológica profunda hay detrás de todo esto. Una vez una chica volvió al McRata tras seis años de ausencia. De pequeña sus padres la habían llevado mil veces. Había ido con sus amistades colegiales y universitarias. Trabajó varios meses en uno para pagarse el viaje de fin de carrera. Pero de pronto decidió no volver nunca más, por todo lo que McRata significa - no sólo comida infame. A los seis años le entraron unas ganas insoportables de saborear un buen BigRata. No pagó, pero lo tomó. Al terminar el menú sufrió un ataque al corazón que nada tuvo que ver con la hamburguesa en sí, ni con las patatas ni con el refresco. Fue mera casualidad que la última cosa que hizo en su vida fuera zamparse un BigRata.

martes, 12 de octubre de 2010

Leer no siempre es bueno

En el vuelo de vuelta (¡toma boda!) leí un librito que escogí por su portada: dos mujeronas, de rojo, semidesvestidas y una agarrando a la otra. Prometía poco la verdad, la típica historia de amores prohibidos profesora-alumna en un internado francés. No me equivoqué, aunque a la autora le reconozco el meritazo de lo bien que está escrito el libro. Trastoca un poco mis teorías de "lo importante es la forma, no el contenido". Tengo una nueva teoría: casi siempre; hay veces que el estilo puede ser impecable (pero a tope eh) y aún así no hay por dónde coger el resultado global.

Todo iba bien, sin demasiadas escenas eróticas eso sí - ¿y para qué si no te lees este tipo de libros? - hasta que de pronto una, la profesora súper enferma y los médicos no consiguen averiguar por dónde pierde tanta sangre, le pide a la otra, alumna entregadísima, que por favor le lave el pelo. ¿¿¿¿Y qué se encuentra la otra al hacerlo???? chan chan chan chan... ¡dos marcas de colmillos en el cuello! MUY FUERTE. Y a partir de ese momento el libro va sobre vampiros. Sin esperártelo, sin venir a cuento, sin saber qué hacer ¿río? ¿lloro?, pero ni una cosa ni la otra: me pareció todo tan tremendo que me ha encantado. No se lo recomiendo a nadie, me guardo su lectura sola para mí. Mañana lo devolveré a la bookshop y sólo cuando alguna bollera lo compre, si soy yo quien está en la caja cobrando en ese preciso momento, le diré ciertas cosas, sin estropearle la sorpresa vampírica. Le pediré su número o le diré que cuando lo termine me busque para comentar la jugada. Ojalá sea una bollera tía buena.

Es que no pienso deciros ni el título.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Boda en Vigo

Querida Ro,

Te casas este sábado, ¿lo sabías? Me lo acaba de confirmar, vía email, tu amigo David. Sigo en shock. No porque TOPULAKI signifique pilila en griego, sino por lo de las olas de 6 metros que impedirán el desplazamiento en barco de la comitiva nupcial. Ya sabes lo que dicen: en abril aguas mil; en octubre allá te las compongas.

Desde que me tiñeron el pelo de GRIS y me compré pulseritas doradas me siento más, no sé, burbuja. Te pienso regalar un título nobiliario: Gran Duquesa de la Vainilla. ¡Lomash! ¿Sabes? Estoy haciendo un caldo con una cebolla, una zanahoria y otro vegetal cuyo nombre desconozco, aunque eso no quita para que sea horrendo. Ahora me depilaré. Estoy deseando ver tus párpados rubios y el entrecejo rojo fosforito. ¡Siempre innovando! ¿Recuerdas cuando querías SER John Travolta? Hey Rizzo, ¡cómo pasa el tiempo!

Oh no, vienen los griegos. Son tantos, y hablan tan raro. Alguien dijo que suenan a un español hablando de coña: totalopikis escatupoulis karatsalunis. Siempre beben vivo, y siempre me ofrecen. Yo así no puedo vivir. ¡Cerveza señores! ¿Habrá langosta? Si no me voy. Me falta conseguir unas manoletinas para cuando mis pies se pongan en huelga de tacones. ¿Qué color me recomiendas? No, mostaza no. Antes ketchup, óyeme bien.

Tikanis jalupitekos yorgoniskus. Ojalá el inglés termine pronto de limpiar la bañera de arriba. Un baño al año me hacía daño antaño, ahora lo llevo debuti. Tengo ganas de que te cases y dejar de recibir los emails en cadena de tus amigos del cole. ¡Cuánta al afición al interné tienen estos muchachos! Quien dice afición dice aceitunas. Va a ser un fin de semana interminable, primero en el dentista y al final en Oporto, sola, comiendo sardinas sin masticarlas. ¿Crees que como demasiado rápido? El caldo va a estar divinus, unos cuantos fideos y un huevo y ya estaré preparada para tu cena-bodorrio de parador. I love Baiona.

Me despido porque creo que ya me puedo desvestir e introducir en las aguas saladas del cuarto de baño de la cuarta planta. En fin, siempre tuya (y mía),

Lu

Londres, a 6 de octubre de 2010.