El concepto de Concierto-Picnic es bello como jamás ningún otro lo fue.
Londres tiene parques a patadas, pero si me apuntaran con un dardo y me obligaran a elegir uno, no dudaría en gritar: ¡Hamsptead Heath! Es cierto que en Richmond hay ciervos sueltos, y que tanto Regents como Holland como Hyde Park están en pleno centro central, pero en Hampstead Heath la naturaleza se presenta a los sentidos en estado casi puro, hay dos laguitos (femenino y masculino – chorradas) para bañarse cual Interlaken (Suiza) y además están los conciertos de verano de Kenwood House. Cada sábado un conciertazo.
Londres tiene parques a patadas, pero si me apuntaran con un dardo y me obligaran a elegir uno, no dudaría en gritar: ¡Hamsptead Heath! Es cierto que en Richmond hay ciervos sueltos, y que tanto Regents como Holland como Hyde Park están en pleno centro central, pero en Hampstead Heath la naturaleza se presenta a los sentidos en estado casi puro, hay dos laguitos (femenino y masculino – chorradas) para bañarse cual Interlaken (Suiza) y además están los conciertos de verano de Kenwood House. Cada sábado un conciertazo.
Hace algunos sábados se celebró el Orgullo londinense (nada que ver con el de Madrid, oye, pero mejor que el de Barcelona, aunque eso no es muy difícil…) y allí que fuimos con el grupete de Stonewall, la charity que vela por los derechos de la comunidad gay y cuyo máximo abanderado es Sir Ian McKellen, Gandalf para los hobbits.
Nunca sabremos qué parte de Concierto-Picnic no comprendimos, pero creo que fue la de Picnic. La gente acudía con cestas de mimbre rebosantes de comida rica, manteles de cuadros, vino, sudaderas; y nosotras, tan desastres como siempre, no teníamos ni entrada. Por suerte es difícil quedarse en la puerta, pues el parque es inmenso y el sistema de audio es lo más. Otros de los invitados este verano son Brian Wilson, Diana Krall o Van Morrison. Nivelón.
De modo que así estuvimos, sin picnic y pasando frío, pero la idea de estar en el parque con tus compis haciendo botellón mientras tu cantante preferido no suena por una radio de domingueros sino en directo, me ha cautivado para siempre.
Eso fue por la mañana-tarde, y por la noche conducimos nuestros cuerpazos al concierto-picnic de Rufus Wainwright en Kenwood House. Era la tercera vez que le veíamos, porque una fan es una fan.
Nunca sabremos qué parte de Concierto-Picnic no comprendimos, pero creo que fue la de Picnic. La gente acudía con cestas de mimbre rebosantes de comida rica, manteles de cuadros, vino, sudaderas; y nosotras, tan desastres como siempre, no teníamos ni entrada. Por suerte es difícil quedarse en la puerta, pues el parque es inmenso y el sistema de audio es lo más. Otros de los invitados este verano son Brian Wilson, Diana Krall o Van Morrison. Nivelón.
De modo que así estuvimos, sin picnic y pasando frío, pero la idea de estar en el parque con tus compis haciendo botellón mientras tu cantante preferido no suena por una radio de domingueros sino en directo, me ha cautivado para siempre.
El concierto me permitió además aumentar mi pequeña lista de Celebrities in London, porque entre el público se paseaba, parque arriba y parque abajo, la mismísima Helena Bonham-Carter, actriz que no me cae precisamente simpática y que en la vida real también parece una bruja rara, aunque daba gracia.